sábado, noviembre 23, 2024

Top 5

Más Noticias

Atentados en Bruselas: El enigma del hombre del sombrero

Han transcurrido 48 horas desde el atentado más mortífero de la historia de Bélgica y, aunque la investigación ha hecho importantes avances, hay todavía varias incógnitascríticas para tratar de esclarecer lo acontecido.

La Policía ha identificado hasta el momento a tres terroristas suicidas. Por un lado, los hermanos Khalid e Ibrahim El Bakraoui, belgas de 29 y 27 años, que murieron en la estación de metro de Maelbeek y en el aeropuerto de Zaventem respectivamente. Son los únicos a los que la Fiscalía ha confirmado con nombre y apellido. Pero además hay un tercero, Najim Laachraoui, del que se han encontrado restos de ADN también en el aeródromo, según admitieron fuentes de las Fuerzas de Seguridad a decenas de medios ayer. La Fiscalía ha preferido, por cautela, no confirmar todavía la información.

Quedan, sin embargo, flecos. Para empezar, la identidad y la localización de un tercer sospechoso del ataque a Zaventem. Las cámaras de seguridad grabaron a tres jóvenes, de edades similares, entre los 25 y los 35, en la terminal de salidas al borde de las 8:00 de la mañana del martes. Y uno de ellos, el que aparece a la derecha, con ropa más clara, gafas y un sombrero, está en paradero desconocido.

Su bomba, la más potente de todas, según reveló ayer el fiscal general, no explotó. No se saben las razones, si fue un fallo mecánico o que el yihadista se arrepintió en el último momento.

Enigma
El hombre del sombrero, el tercer sospechoso del aeropuerto todavía no identificado.

En los dos últimos días la confusión ha sido máxima. Al centro de emergencias habilitado ad hoc han llegado decenas de miles de llamadas, con preocupación y posibles pistas. Los cuerpos de seguridad están desbordados, y durante buena parte del miércoles las informaciones que publicaban los medios y confirmaban o no desmentían las autoridades enviaban mensajes contradictorios.

Para empezar, porque durante muchas horas la identidad de quién era quién en las imágenes nunca estuvo segura. Únicamente Ibrahim, de más corpulencia, parecía claro. La identidad de los otros dos bailó continuamente y quizás siga haciéndolo.

Durante buena parte del miércoles se dio por bueno que el hombre que estaba fugado era precisamente Laachraoui. Fuentes de la Fiscalía admiten el desconcierto y la multitud de hipótesis que se barajaron, pero dejan abierta la puerta, quizás de forma interesada, a la idea de que no se desmintiera el error de forma deliberada, para tratar de ofrecer una falsa sensación de seguridad al tercer hombre que está huido y facilitar así su captura.

Ahora mismo el hombre del sombrero es el más buscado del país. La declaración del taxista que llevó a los tres sospechosos al aeropuerto es la pista más importante, y ha permitido ya localizar el apartamento en el que prepararon los ataques y desde el que partieron.

Las incertidumbres

Hay, sin embargo, una segunda línea de investigación que tiene también muchas aristas inciertas. No se sabe si terrorista del metro, Khalid El Bakraoui, salió desde el mismo piso que los demás o no. Cómo llegó hasta Maelbeek y por qué su explosión fue una hora y diez minutos después de la de Zaventem. Y no está claro tampoco que él fuera el único activo movilizado.

Los medios locales apuntan a que un segundo hombre podría haber tomado parte en la explosión del metro, e incluso circula un retrato robot del mismo, pero la Fiscalía, muy molesta, ha asegurado que ese dibujo no se corresponde a nadie buscado, que no ha sido verificada la información y pide que se tenga mucho más cuidado. Fuentes de AFP han explicado que las cámaras de vigilancia del metro mostrarían a este segundo sospechoso, no identificado hasta el momento, acompañando a El Bakraoui, hablando con él y cargando una mochila o maleta grande. Él, sin embargo, no habría entrado al vagón donde se produjo la matanza.

El Gobierno mantiene por el momento el nivel 4 de alerta, pero la circulación ya se ha reabierto en la superficie de la Rue de la Loi, una de las arterias urbanas de la capital. El transporte público funciona, pero no las líneas del subterráneo que cruzan por Maelbeek.

De momento, se sabe que los hermanos Ibrahim y Khalid El Bakraoui, ambos fallecidos en los atentados, eran belgas, crecidos sin apuros económicos y curtidos en la delincuencia común. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, informó de que Ibrahim fue detenido en Turquía y deportado a su país el 14 de julio de 2015. Se trató de una “expulsión administrativa”, ya que la Policía turca tenía sospechas de que era un yihadista. Pero ésta no fue la única vez.

Según informa Reuters, Ibrahim entró en Turquía por segunda vez el 11 de agosto y fue deportado dos semanas después. La Policía turca le interceptó después de comprobar que tenía previsto combatir en Siria.

Hay, aparentemente, dos sospechosos en busca y captura. Ni en el piso registrado ni en Zaventem se encontraron armas, pero la red de contactos de esta célula o células es muy grande y activa.

La policía está claramente preocupada por la posibilidad de que, al igual que ocurrió con Abdeslam, los huidos puedan desaparecer y permanecer días, semanas o mesesprotegidos por familiares y amigos en pisos francos de Molenbeek, Anderlecht o Scaherbeek. O incluso que, cambiando la forma de proceder, hubieran optado por salir de la capital o del país, pues las rutas por carretera estuvieron abiertas todo el martes.

Uno de los nombres que suenan una y otra vez es el de Mohamed Abrini, amigo de Salah Abdeslam, responsable también de los ataques de noviembre en París y que no ha sido localizado. Guarda un cierto parecido físico con el retrato robot del segundo sospechoso del metro de Maelbeek. Su hermano, otro yihadista, murió en Siria en 2014.

Salah Abdeslman fue grabado por una cámara de seguridad el 11 de noviembre, dos días antes de los atentados, a las 19.00. En Ressons, en la autovía que lleva desde Bruselas a París. Salía en el vídeo junto a Abrini, nacido el 27 de diciembre de 1984 y que, según la investigación, conducía el Renault Clio que fue usado en París para atentar.

El primer ministro galo, Manuel Valls, señaló que esos atentados de noviembre movilizaron al menos a 30 personas. Once están ya muertas, doce detenidas pero cerca de una decena siguen en libertad. Por lo menos.

 

Más leído