Hans Dietrich Genscher, uno de los principales arquitectos de la unificación alemana y una verdadera institución en el país, falleció hoy a los 89 años de un fallo circulatorio-cardíaco en su casa en Wachtberg-Pech, cerca de Bonn.
Fue el ministro alemán de Asuntos Exteriores que más tiempo desempeñó ese cargo, durante 18 años consecutivos.
Alemania pierde con su muerte al segundo gran estadista de las última décadas. El 10 de noviembre de 2015 falleció Helmut Schmidt, quien fue canciller federal de Alemania, editor del prestigiado semanario Die Zeit y una de las mentes mas brillantes del país.
El gobierno alemán declaró este viernes en Berlín que Dietrich Genscher fue un gran estadista y que influyó como pocos en el destino del país en la segunda mitad del siglo XX. Portavoces oficiales del gobierno alemán no escatimaron en elogios y lo calificaron de ser una gran europeo y un gran alemán.
Dietrich Genscher nació en 1927 en Reideburg, en las inmediaciones de la ciudad de Halle-Saale. Estudió leyes y en 1952 se mudó de Alemania Oriental a la Occidental. En esos años aún no había sido levantado el Muro de Berlín.
Fue ministro de Asuntos Exteriores durante el gobierno del entonces canciller federal, el socialdemócrata Willy Brandt, así como durante el gobierno del también canciller federal socialdemócrata, Helmut Schmidt. Se mantuvo en el cargo cuando el demócratacristiano, Helmut Kohl, ocupó la cancillería federal. El político liberal ocupó el cargo de 1974 a 1992 y de 1974 a 1985 fue presidente del Partido Liberal.
Su política tuvo como característica la distensión y el acercamiento de Alemania a Europa Oriental, que en esos años era parte del bloque de la Unión Soviética. Esos países habían sufrido el acoso de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial y después de la guerra no había relación entre ellos y Alemania.
Fue uno de los primeros políticos que se dio cuenta en forma temprana de las oportunidades que estaba abriendo la llegada al poder del entonces presidente Mijail Gorbachov en 1986.
El momento culminante en su vida como político fue cuando durante el proceso de la caída del Muro de Berlín anunció a miles de alemanes orientales refugiados en la embajada de Alemania Occidental en Budapest, que había conseguido que ese país autorizara su traslado a Alemania Occidental. Hungría formaba parte del bloque soviético.
El honor a su trayectoria política se le rindió la noche del 3 de octubre de 1990 en Berlín, cuando el cielo de la ciudad se iluminó con fuegos artificiales y los colores de la bandera alemana (rojo, negro y amarillo), mientras se entonaba la Oda a la Alegría de Beethoven y acto seguido el himno nacional de Alemania.