Isla Conejo, Valle. – El presidente Juan Orlando Hernández participó este martes en el acto de conmemoración de la muerte del general Francisco Morazán realizado en la isla Conejo, del municipio de Amapala, Valle, y ubicada en el golfo de Fonseca, donde afirmó que se trabaja en un plan para volver más accesible este destino para los turistas.
En el acto, además del mandatario, participaron el ministro de Defensa, Fredy Santiago Díaz Zelaya; el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Tito Livio Moreno, y el jefe de la Fuerza Naval de Honduras, contraalmirante José Jorge Fortín Aguilar, entre otras autoridades civiles y militares.
Es primera vez que el acto izada de la Bandera Nacional y arriada a media asta en homenaje al general Morazán se realiza en la isla Conejo, porque generalmente se lleva a cabo en el Parque Central de Tegucigalpa.
En este acto también se contó con la participación del Cuadro de Danzas Raíces Junqueñas, de la comunidad de El Junquillo, Goascorán, Valle.
De igual manera, se efectuó un ejercicio de inserción y extracción anfibia por parte de la Fuerza Naval de Honduras y la Fuerza Aérea Hondureña (FAH).
Comienza una nueva etapa
“Desde este rincón de Honduras enviamos un saludo de hermandad y prosperidad. Conmemoramos el 179 aniversario del fallecimiento del general Francisco Morazán”, dijo Hernández.
Añadió que en el marco de un aniversario más de la partida del general Francisco Morazán Quezada (fusilado en Costa Rica el 15 de septiembre de 1842) es preciso remarcar que llegó y continúa la hora del sur, buscando bienestar para su población.
El mandatario enfatizó que nunca se ha dejado de reconocer el potencial que tiene el Golfo de Fonseca para la región, y en especial para Honduras, a pesar del olvido en que se le sumergió en el pasado.
Refirió el Jefe del Ejecutivo que desde este hermoso lugar, propiedad del territorio hondureño, “comienza una nueva etapa para Centroamérica y para la zona sur de Honduras”.
En una época de importantes cambios en la región, dijo Hernández, se debe felicitar a las Fuerzas Armadas y en especial a la Fuerza Naval de Honduras por siempre estar presente en la isla Conejo, guardando cada pulgada del territorio y haciendo prevalecer la soberanía nacional.
Recordó que desde 2012 él se ha dedicado a visitar la zona y agregó que desde este hermoso lugar se les da la bienvenida a todos los hondureños y extranjeros que quieren visitar la isla, para disfrutar del paisaje.
Una estrategia de turismo
Hernández aseveró que a partir de ahora se volverá más accesible el lugar para los hondureños como parte de una estrategia de turismo y como un mecanismo de desarrollo y de más y mejores condiciones de vida para los hondureños.
Pero también dijo que pronto podrá hacerse realidad el sueño de unir los dos océanos, con un puente de 2.5 a 3 kilómetros que conectará a Amapala con tierra firme, y que permitirá echar a andar un puerto que ayudará a cambiar la forma de ver la logística mundial existente en la región, por medio del Canal Seco.
En el marco del Bicentenario de Independencia, dijo el gobernante, es importante recordar el sueño del general Morazán de querer ver unida a Centroamérica, sin dejar de sacar provecho al beneficio de los pueblos que conforman la región.
Agradecimiento a las FFAA
El presidente de la República hizo especial mención de agradecimiento a las Fuerzas Armadas de Honduras por estar dispuestas siempre a cuidar al pueblo hondureño y cada pulgada de territorio propiedad de la nación.
“Desde isla Conejo un abrazo catracho para los pobladores del golfo de Fonseca, del departamento de Valle y Centroamérica, en el marco de la celebración de los 200 años de Independencia”, concluyó.
El acto fue un evento preliminar a la celebración de los 200 años de Independencia Patria, que se efectuarán mañana en el Estadio Nacional de Tegucigalpa y que se extenderá por distintos rincones del país.
Además, en la cita se recordaron muchas gestas del prócer centroamericano, entre las que resalta haber actuado como gobernante de la Federación Centroamericana entre 1830 y 1839 en dos periodos alternos.
De igual manera, de haber sido el propulsor de reformas liberales, incluyendo la educación, la libertad de prensa, la limitación del poder de la iglesia, la supresión del diezmo y la separación del Estado con la Iglesia.
