La actualización de las políticas a lo largo de los años afectaron a estos contenidos que antes sí estaban permitidos, algo que los creadores no consideran justo, pues ya no pueden valorizar algo que en algún momento fue avalado por la plataforma.
Una de las características básicas de YouTube como plataforma de contenido de video es la capacidad que tienen los creadores de monetizar sus publicaciones permitiendo la aparición de anunciantes durante su visualización. Sin embargo, esta se ve limitada si la aplicación considera que el contenido mostrado no es apto para todo público o no cumple con la moderación requerida.
Solo por señalar un ejemplo, los contenidos en los que se mencionan determinadas palabras que YouTube considera como “contenido para adultos” podría ser señalado como no apto para su monetización, lo que afecta directamente a los ingresos de los creadores. Pero esta política de regulación no estuvo siempre activa, por lo que en años anteriores las personas podían monetizar contenido que incluya estas expresiones.
Pese a esto, la actualización de las políticas a lo largo de los años afectaron a estos contenidos que antes sí estaban permitidos en YouTube, algo que los creadores no consideran justo pues ya no pueden monetizar algo que en algún momento fue avalado por la plataforma.
Según la última actualización de las políticas del servicio de Google, la inhabilitación de la monetización del contenido no solo se produce en el caso de la mención de palabras groseras o explícitas, sino que también se incluye la aparición de elementos como clips de audio, miniaturas, títulos, videos obscenos, imágenes, actos implícitos, entre otros que son considerados no aptos para la comunidad en general.
Pese a que los videos antiguos puedan contener algunas de estas características, los creadores tienen dos opciones que podrían evitar la desmonetización de su contenido: La primera sería la modificación de los aspectos estéticos del video (miniaturas y titulares), aunque la disponibilidad de esta acción dependerá de que en el interior del contenido no aparezcan estas referencias.
Sin embargo, la segunda opción no depende de los creadores, sino de la plataforma y sería posible aplicarla para no perjudicar a los usuarios. Esto involucraría el desarrollo de algún método para evitar que la modificación en las políticas sea retroactiva y solo se aplique a los contenidos que se publiquen en fechas posteriores a los cambios hechos.
Según Michael Aciman, un portavoz de la plataforma que habló con TechCrunch, YouTube está al pendiente de los reclamos de los creadores de contenido que se pronunciaron en contra de que el cambio de las políticas haya afectado sus ganancias.
“Estos comentarios son importantes para nosotros y estamos en el proceso de hacer algunos ajustes para esta política y así atender a sus preocupaciones. Responderemos a la comunidad de creadores tan pronto tengamos más para compartir”, aseguró Aciman.
Luego de esta declaración, que se produjo en la segunda semana de enero, la plataforma aún no ha realizado cambios en su política, que mantiene a noviembre como su fecha más reciente de actualización.