lunes, noviembre 25, 2024

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Mutilados después de nacer para obtener más dinero

El negocio de los que se lucran con la lástima adopta diversas modalidades con el fin de obtener el máximo rédito. Los hay que fingen alguna discapacidad psíquica o física, generalmente, cojera y ocultan las muletas en cuanto acaban «su jornada laboral», para salir caminando a toda prisa. Todo un clásico.

Sin embargo, las prácticas que se realizaban en una región rumana hace varias décadas ponen los pelos de punta, a la vez que evidencian la endogamia y el modo en que estos gitanos tienen interiorizado ser víctimas y vivir de esa modo: a costa de los demás aunque sufran vejaciones e insultos.

Es lo que sucedía en la provincia de Ialomita, en concreto en la ciudad de Tandarei, de donde proceden parte de los traficantes y explotados en España y, en consecuencia en la Madrid. Ahí, a niños que nacían completamente sanos, estos clanes les mutilaban las extremidades con dos objetivos: obtener la correspondiente pensión por invalidez y dar más pena a los ciudadanos a la hora de obligarles a mendigar.

 Así lo aseguran diversos mandos policiales consultados por ABC, entre ellos, los de la comisaría de la UCRIF. Esto es solo una muestra de la crueldad extrema de estas mafias, las Así lo aseguran diversos mandos policiales consultados por ABC, entre ellos, los de la comisaría de la UCRIF. Esto es solo una muestra de la crueldad extrema de estas mafias, las mismas que hace más un lustro se encargaban de colocar a madres con sus bebés a los que pellizcaban en piernas y brazos para provocar su llanto, con el fin de que pareciera que era de hambre y obtener más dinero.

«Auténticos palacetes en Rumanía»

La Policía acabó con esa práctica al llevarse a las mujeres a la comisaría, arrebatarles la patria potestad y acabar con el menor en un centro de acogida. Aunque se desconoce cuántos mafiosos hay, a cuántas personaspueden extorsionar y sus magras ganancias, sí se sabe que los cabecillas tienen auténticos palacetes en la zona de Tandarei, Urziceni y Slobozia, recalcan las mismas fuentes.

Estas redes suelen tener sometidos a los indigentes, incluso retenidos en régimen de esclavitud (de un modo similar a la trata de mujeres víctimas de la prostitución) en casas okupadas o chabolas. Como ejemplo, cabe citar las denuncias de los hijos que alertan de la desaparición de alguno de sus padres en Madrid a los que han recluido. «El problema es que para combatir esta trata de seres humanos con fines de explotación laboral bajo amenazas y coacciones, los

Los indigentes deben denunciar y testificar en juicios,pero no lo hacen por miedo. cuando hay grabaciones de por medio que demuestran cómo las redes los llevan, los traen y los recluyen, la Justicia suele sobreseer la mayoría de los casos».

Las jornadas de estos pedigüeños son largas y comienzan al filo de las 8 y 9.30 horas. «A media mañana, quienes les controlan, les suelen dar un bocadillo para que cojan fuerzas y continúen», explica un mando policial. Después, prosiguen hasta que se va la luz del sol.

Como en el caso de las meretrices, los «encargados» de vigilarles, les arrebatan las ganancias obtenidas a cambio de pequeñas cantidades para sus gastos: generalmente, tabaco y alcohol.

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