jueves, noviembre 21, 2024

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Adolescente mata a toda su familia porque le quitaron el celular

El autor del triple crimen, que ha estremecido a una parte de Brasil, tiene 16 años, y confesó a la Policía que usó el arma de uno de sus padres.

Otro crimen poco común y espeluznante conmociona a Brasil. En este nuevo caso, un adolescente brasileño de 16 años se ha entregado a la Policía Militar la madrugada del pasado 20 de mayo tras confesar que asesinó a tiros a sus padres y a su hermana, también de 16 años, en la vivienda familiar, en Sao Paulo.

El asesino reconoció a los agentes que lo han interrogado que decidió matar a sus progenitores, de 57 años él, y 50 ella, después de que, el jueves pasado, le confiscaran el teléfono y eso le impidiera hacer una presentación en la escuela.

El viernes los mató uno a uno en casa y, con los cadáveres en el inmueble, siguió durante todo el fin de semana con asuntos cotidianos como ir al gimnasio o comprar comida en una cafetería. Perpetró el triple crimen con una pistola de su padre, guardia municipal.

El adolescente no ha expresado arrepentimiento. Una vez arrestado y concluida su declaración, ha sido trasladado a un centro de detención de menores.

Un relato que estremece

El detonante de los asesinatos, según contó en comisaría el joven, fue una fuerte discusión ocurrida el jueves pasado. En el interrogatorio ha relatado, según la prensa brasileña, que sus padres, con los que tenía mala relación, le llamaron “vagabundo” y decidieron confiscarle el teléfono celular.

Según el adolescente, acusado de homicidio, feminicidio, posesión ilegal de un arma y vilipendiar un cadáver, detalló ante los agentes la frialdad con la que perpetró los crímenes.

Tras la discusión y una vez decidido que iba a matar a su padre y a su madre, aprovechó que el viernes por la mañana el resto de la familia estaba fuera de casa para apoderarse de un arma de su progenitor, un guardia municipal de una ciudad cercana a Sao Paulo, llamada Jundaí.

Probó el arma, disparando contra la cama de sus padres, y luego, se sentó a esperar a que regresaran. Primero, hacia la una de la tarde del viernes pasado, mató al padre de un tiro en la nuca en la cocina.

Aunque el plan original, según ha contado a la Policía Militar, no incluía a su hermana, decidió hacerlo porque era una testigo incómoda.

La adolescente se asustó al oír el disparo y preguntó desde el primer piso de la vivienda por el ruido. El asesino subió y le descerrajó un tiro en la cara.

El asesino confeso convivió todo el fin de semana con los tres cadáveres. Para cuando llamó a la policía para confesar y entregarse, habían empezado a descomponerse.

Con informacion de El País

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