El inédito desfile de la firma francesa no solo cerró los espacios sino que implicó daños a la infraestructura patrimonial, según denuncias de activistas.
Las instalaciones del Parc Güell de Barcelona han sido escenario de una inédita estampa esta semana: el cierre de sus espacios por un día para la exclusiva entrada al desfile de la firma francesa Louis Vuitton, mientras la policía reprimía a los vecinos que se quejaban de esa actividad.
El desfile tuvo lugar el jueves por la tarde, pero las molestias se han hecho sentir desde hace varios días. El lunes, por ejemplo, se organizó una manifestación para parodiar el desfile, y el martes se llamó a una protesta ruidosa, en reclamo por la destrucción de parte de las escaleras de la Plaça de la Natura, en un recinto declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1984.
Pero nada paró a los organizadores. Ni a la policía. En videos compartidos en redes sociales se observa el momento en que miembros de los Mossos d’Esquadra arremetían con porras contra los vecinos que rodearon las inmediaciones del parque público, obra del arquitecto catalán Antoni Gaudí (1852-1926).
Por normativa, el Parc Güell solo puede ser utilizado para eventos científicos, benéficos y no lucrativos. No obstante, el jueves se cerró para llevar a cabo un desfile de la firma propiedad de Bernard Arnault, considerado el hombre más rico del mundo, que alquiló el parque sin ningún inconveniente.
Louis Vuitton @LouisVuitton privatise le parc Guell de Barcelone (et une partie du quartier) pour organiser son défilé. Les habitants manifestent contre cette utilisation de l’espace public (des éléments du parc ont été endommagés) via @naciodigital pic.twitter.com/uV8U95kKxk
— Henry de Laguérie (@henrydelaguerie) May 23, 2024
“El ayuntamiento en Barcelona, en manos de [el alcalde de Barcelona, el socialista Jaume] Collboni, con las firmas de Torrent e Iceta, ha autorizado al hombre más rico del mundo realizar un desfile que incumple toda la normativa del Park Güell. ¿Quién falta? Los Mossos enviados por Joan Ignasi Elena [consejero de Interior del Govern], a pegar porrazos a la gente porque reclaman que las normas sean iguales para todos”, reclamó un usuario en X que compartió imágenes de la represión.
Según El País, fuentes de la alcaldía de Barcelona aseguran que la marca francesa quiso hacer su desfile en el parque “como un homenaje a la arquitectura, la cultura y el talento de la ciudad”, y que apuestan por promocionar a la capital catalana como destino de estos eventos. No obstante, la empresa que está detrás de la gestión de ese espacio se escuda en una “cláusula de confidencialidad” para no dar detalles de los costos asociados a esa actividad.
¿Privatización?
No es el primer reclamo de los vecinos que residen en las zonas aledañas al parque. Los estragos de la masificación turística ya han sido motivo de protestas de los habitantes de la zona, debido al aumento desproporcionado de los bienes y servicios, alteración de su vida diaria y hasta la privación de transporte.
Sin embargo, el foco de estas movilizaciones está puesto en la privatización de los espacios del Parc Güell, ideados y construidos para el disfrute de la ciudadanía de manera gratuita y pública.
Algunos medios, por otro lado, parecen celebrar el desfile. Una crónica de la prensa local calificó el evento como “un oasis privatizado en el que dejar atrás el bullicio, entre copas de champán y flores silvestres” y una oportunidad de “fortalecer el sector” de la moda en la capital catalana.
Com a veí del Parc Güell, aquesta tarda he anat a protestar contra el tancament d'aquest espai per la desfilada de Louis Vuitton. Una privatització escandalosa, un ús espuri i un abús contra un patrimoni cultural que és de tots. Una ocupació permesa i promoguda x @bcn_ajuntament. pic.twitter.com/PHxQlsDEN8
— Martí Casas i Payàs (@Tinet2puntzero) May 22, 2024
Al exclusivo desfile asistieron, además de Arnault, celebridades y artistas de cine, de la música y empresarios de la moda para ver la colección Crucero de Louis Vuitton, ideada para cautivar los bolsillos de la clase alta que puede disfrutar de vacaciones fuera de temporada.
La pequeña cumbre de adinerados estuvo completamente ajena a los gritos de los vecinos que, un poco más allá, defendían la importancia de preservar el patrimonio y reclamaban su derecho al espacio público. Las pancartas gritaban un mensaje claro: “Barcelona is not for sale (no está a la venta)”. En inglés, por si no se entendía.
Con información de RT