San Pedro Sula. – Fue una doble celebración llena de amor y risas compartidas… Kathe Karow arribó a sus fabulosos 50 y con su amado esposo Héctor Fernández a los 30 años de matrimonio. Hicieron de su gran noche el mejor de los acontecimientos que eligieron festejar en un ambiente inspirado en la elegancia, buen gusto y estilo sofisticado.
Familiares y amigos hicieron acto de presencia a la celebración de Kathe, quien lucía ¡Esplendida y radiante! Al arribar a su 50 aniversario natal, velada que se llevó a cabo en el Salón Napoleón del Copantl Hotel & Convention Center, uno de los días más especiales para festejar a la cumpleañera.
Como cristianos no faltó la bendición de Dios, el padre Carlos Mejía, párroco de la iglesia San José fue el encardo del emocionante acto de renovación de votos matrimoniales. La ocasión ameritaba un brindis así que los esposos brindaron junto a sus hijos para celebrar el amor y la felicidad que invadía sus corazones esa noche.
La velada se mostró muy amena donde abundaron las más sinceras felicitaciones y abrazos para los agasajados, el ambiente fue musicalizado por Silvia Rodríguez. La pareja que celebro tres décadas de matrimonio bailó varias piezas junto a sus hijos, los invitados disfrutaron este momento ya que Kathe y Héctor lucian muy enamorada con muchos sentimientos encontrados, pero sobre todo agradecidos con Dios por darles salud y vida para festejar este importante acontecimiento.
La esencia de las personalidades de Kathe y Héctor, quedó impregnada en cada uno de los detalles mostrados en la recepción decorada en su plenitud por Denisse González, logrando generar una atmósfera por demás exclusiva que reflejó la armonía de las rosas fusionadas con románticas velas, elegantes chandelier y elementos relacionados con la temática de celebración, un jardín floral.
El ambiente lució armonioso, con un toque floral glamuroso que incluyó vistosos candelabros y cristales, sumamente elegante, la estancia se mostró como el lugar perfecto para enmarcar la celebración soñada. Además, de disfrutar de la más exquisita apuesta culinaria de la casa hotelera, sin descuidar la mesa de dulces, fiambres y el pastel de celebración.