A través de diferentes grafitis y montajes fotográficos, miles de estadounidenses han mostrado su descontento y apoyo hacia los candidatos de las elecciones presidenciales de dicho país, Hillary Clinton y Donald Trump, liderando este último la gran mayoría de estas obras espontáneas al haberse convertido en el aspirante más polémico de esta campaña.
“Mucha gente se ha juntado a crear arte en su contra debido a sus ideas políticas”, explicó a la AFP Mitchel Dumlao, cofundador de la galería virtual angelina LA Street Art Gallery.
El artista neoyorquino Hansky le dedicó en Manhattan uno de los murales más llamativos y provocadores hasta ahora: la cara del empresario aparece en medio de una enorme montaña de heces sobrevolada por moscas.
La pintada “Donald eres un pendejo” junto al perfil del político -vista en Nueva York, Los Ángeles y Miami- es una de las más populares en español. Sus impulsores son los propietarios de la marca de licor mexicano Ilegal Mezcal, muy activos a la hora de organizar eventos en contra del magnate.
El último revuelo entre los habitantes de Chicago, Washington, Nueva York y Los Ángeles lo ha causado la señal de tráfico “No Trump Anytime”, que simbólicamente impide al candidato republicano aparcar.
“Como mucha gente, no tengo voz en política. (Los diarios) The New York Times o The Times nunca me darían una columna para escribir mi opinión sobre política, la guerra contra las drogas o la crisis económica”, contó a la AFP el responsable de la creación, que se hace llamar Plastic Jesus.
“Pero para mí, el arte callejero es una buena forma de manifestar mi opinión y, con un poco de suerte, ayudar a crear un debate en todo el país”, señaló el artista, que el año pasado dedicó la misma señal a las hermanas Kardashian, las reinas de la telerrealidad estadounidense.
Una herramienta contra el gobierno
La política siempre ha sido una fuente de inspiración para el arte callejero en cualquier parte del mundo. Una de las máximas expresiones es el famoso beso entre Leonid Brézhnev y Erich Honecker, pintado sobre unos restos del muro de Berlín.
En Estados Unidos, uno de los mayores símbolos de este movimiento es el póster “Hope” (Esperanza), que Shepard Fairey dedicó a Barack Obama cuando luchaba por convertirse en el primer presidente negro de la historia del país.
“Inspiró e invitó a una generación de nuevos votantes a conectar con los candidatos presidenciales de 2008. Triunfó entre la gente que buscaba un futuro en el que creer tras el gobierno de (George W.) Bush”, apuntó a la AFP Souris Hong, presidenta de la consultora Creative Cabal y conservadora de la exhibición “El Arte de la Revolución Política (The Art of a Political Revolution), impulsada por artistas que apoyan al aspirante demócrata Bernie Sanders.
“La diferencia ahora son las redes sociales, que ayudan a difundir los mensajes más lejos y más rápido”, señaló. Por eso las calles están “más movilizadas” que nunca en esta campaña. Sanders es el candidato que más cariño está recibiendo del mundo del arte, que le dedica algunos de los murales más grandes que se ven en las calles del país. Muchos representan su rostro, enfatizando su profunda mirada.
“Tiene muchas políticas que interesan a los artistas y al mismo tiempo una energía que lo convierte en un candidato popular entre la gente que no quiere el mismo tipo de políticos en la presidencia”, dijo Dumlao. No ocurre lo mismo con Hillary Clinton, al frente de la carrera demócrata, cuya imagen dentro de un pino de cartón con la leyenda “Olor a escándalo” invadió hace poco Los Ángeles.
La exsecretaria de Estado también apareció como protagonista del cartel de la película “Shrek” y de una serie de pósters burlescos titulados “No digas” (Don’t say).
“El arte callejero siempre ha sido como una herramienta en contra del ‘establishment’ y del gobierno, y Hillary es vista como parte de ellos. Hay una falta de confianza en ella y su campaña”, destacó el cofundador de LA Street Art Gallery.