El número de muertos confirmados en los incendios que han devastado la última semana la ciudad estadounidense de Los Ángeles ascendió a 24 la noche del domingo, informaron las autoridades.
La oficina del forense del condado de Los Ángeles publicó una lista de víctimas mortales sin dar detalles de su identidad. Ocho de los fallecidos se encontraban en la zona del incendio de Palisades y 16 en la zona del incendio de Eaton, según el documento.
Asediada por las llamas desde hace casi una semana, Los Ángeles ve cómo el número de víctimas mortales sigue aumentando, mientras más de 150.000 residentes se han visto obligados a evacuar.
Pese a que dos incendios fueron controlados, cuatro focos de fuego siguen activos. Las llamas ya han destruido 12.000 estructuras y 35.000 casas y negocios se encuentran sin electricidad.
Equipos de rescate, apoyados por perros rastreadores, continúan este domingo 12 de enero revisando los escombros en busca de cuerpos o restos humanos, ante reportes de más de una decena de desaparecidos.
Vientos, combinados con un aire seco y una vegetación igualmente seca, mantendrán la amenaza de incendios en el condado de Los Ángeles en un nivel alto
En las últimas horas, las autoridades informaron que uno de los cuatro incendios forestales que siguen activos ha sido controlado en un 90%. No obstante las deflagraciones siguen siendo devastadoras y ya han arrasado más de 150 kilómetros cuadrados. Además de las vidas perdidas, decenas de miles de personas han tenido que abandonar sus hogares.
“Es devastador (…) Todos nuestros amigos, mis mejores amigos, han perdido sus casas, al igual que nosotros”, comentó con tristeza a AFP Dara Danton, residente desde hace 25 años en el exclusivo barrio de Pacific Palisades, el primero en arder desde el pasado martes 7 de enero.
A pesar de los esfuerzos de miles de bomberos que luchan contra las llamas, el “Palisades Fire”, el incendio más grande de todos, avanzó el sábado 11 de enero hacia el noroeste de Los Ángeles. Ahora amenaza el densamente poblado Valle de San Fernando y el Museo Getty, que alberga obras de arte invaluables.
Aunque los bomberos se beneficiaron de una disminución de los vientos en los últimos días, se prevé que las ráfagas vuelvan a intensificarse este domingo, lo que aumentaría la propagación de las llamas.
“Estos vientos, combinados con un aire seco y una vegetación igualmente seca, mantendrán la amenaza de incendios en el condado de Los Ángeles en un nivel alto”, advirtió Anthony Marrone, jefe de bomberos del condado.
Las autoridades bajo las llamas de las críticas
La ciudad de Los Ángeles revive escenas que no experimentaba desde la pandemia del Covid-19: sus famosos congestionamientos han desaparecido, y muchos habitantes que se atreven a salir usan mascarillas para protegerse del aire contaminado por el humo tóxico.
Cada vez más residentes cuestionan la gestión de las autoridades, especialmente porque los bomberos se han encontrado con bocas de incendio sin agua o con presión insuficiente.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, muy criticada, aseguró que todos los servicios municipales están “trabajando de manera coordinada”. Sin embargo, la jefa de bomberos de la ciudad señaló que el presupuesto asignado a su departamento es insuficiente.
Por su parte, el gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, solicitó “una revisión independiente completa” de los servicios de distribución de agua de la ciudad.
“Nuestra ciudad nos ha fallado por completo”, declaró Nicole Perri, otra residente de Pacific Palisades que perdió su casa.
Mientras tanto, los evacuados enfrentan un desafío adicional: la vertiginosa subida de los precios de alquiler. El sábado, el fiscal general del estado recordó que el aumento artificial de precios es un “delito que puede conllevar un año de prisión y multas de hasta 10.000 dólares”.
Los costos en pérdidas se estiman en decenas de miles de millones de dólares y algunos expertos temen que estos incendios sean los más costosos jamás registrados.
Además, ante los saqueos reportados en las zonas afectadas o evacuadas, las autoridades implementaron un toque de queda desde el viernes en las áreas más devastadas, como Pacific Palisades y Altadena.