viernes, noviembre 22, 2024

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Rousseff: “Mi Gobierno ha sido objeto de un intenso sabotaje”

“Siento el dolor indecible de la injusticia”, ha afirmado, seria, Dilma Rousseff este jueves en su primera comparecencia después de que el Senado brasileño haya aprobado el inicio del proceso para destituirla y, como consecuencia, la haya apartado temporalmente del poder.

“Mi Gobierno ha sido objeto de un intenso sabotaje”, recalcó la mandataria ante la prensa, rodeada de ministros y simpatizantes. Se presentó como la víctima de un golpe de Estado contra su Gobierno, como ha repetido durante las últimas semanas. “Lo que está en juego no es mi mandato, es el respeto a las urnas, a la voluntad de los brasileños y a las conquistas de los últimos 13 años”, ha subrayado.

“El destino siempre me reservó muchos desafíos. Algunos parecían infranqueables. Pero conseguí vencerlos”, aseguró la presidenta, recordando su pasado como guerrillera y las torturas que sufrió en la dictadura militar. “Nunca pensé que tendría que luchar contra un golpe de Estado en nuestro país”, subrayó. “Estoy orgullosa de ser la primera mujer presidenta de la República”, afirmó. El expresidente Lula da Silva también se desplazó hasta Planalto, donde fue recibido con gritos de “Lula, el guerrero del pueblo brasileño”.

Rousseff apareció circunspecta en el Palacio do Planalto, la sede del Gobierno, poco después de las 11.15 (hora brasileña). Empezó más de una hora después de lo previsto porque el senador encargado de entregarle la notificación que la aleja del poder se atrasó en los atascos que rodeaban los edificios oficiales en Brasilia. Vistió de blanco, no de rojo, el color bandera del Partido de los Trabajadores (PT) que se ha convertido más que nunca en seña de identidad durante esta crisis política. Las decenas de ministros y simpatizantes que la arroparon durante su discurso, y que interrumpieron varias veces su discurso con aplausos, sí usaban camisas y corbatas de ese color. No hubo preguntas de los periodistas presentes porque, según Rousseff, no se trataba de una “entrevista”.

El PT se pronunció oficialmente sobre la destitución a primera hora de la mañana, en un comunicado. “Una vez más en nuestra historia, las élites pisotean el voto popular abriendo camino a la imposición de un Gobierno ilegítimo”, reza el comunicado que firma el presidente del partido, Rui Falcão. “No descansaremos ni un minuto hasta que la presidenta vuelva al mando del Estado, como es la voluntad soberana y constitucional del pueblo brasileño. No al golpe. Fuera Temer”, continúa.

El partido, que hoy cierra un ciclo de 13 años en el Gobierno, ya ha dejado claro que apostará por dos estrategias para atacar al presidente interino, Michel Temer, durante los seis meses como máximo en los que Dilma Rousseff permanecerá suspendida: “oposición firme” en el Congreso y “denuncia del golpe” en viajes nacionales e internacionales, informa Talita Bedinelli. Avisó también de que no habría acto de la presidencia. Con ello, pretende mostrar que no reconoce el impeachment como una operación legítima.

Desde el arranque de la sesión del Senado que apartó a Rousseff del cargo, que empezó el miércoles por la mañana y se prolongó más de 20 horas, la presidenta solo había sido vista dos veces. La primera, haciendo ejercicio como todos los días por los alrededores de la residencia presidencial, rodeada de escoltas. Por la noche, cuando la sesión de votación del impeachment ya se alargaba más de 12 horas, los fotógrafos la captaron asomándose fugazmente a una ventana del Palacio do Planalto, la sede del Gobierno en Brasilia, junto al ministro Jaques Wagner.

Mientras esté apartada del cargo, Rousseff usará dos residencias: el Palacio de Alvorada, la residencia presidencial, y su piso en Porto Alegre.

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