El estereotipo de las proporciones ideales femeninas que ha reinado durante años como canon de belleza se desvanece. Según un nuevo estudio de la Universidad de Texas, el cuerpo científicamente perfecto tiene curvas. Los responsables del trabajo han vuelto a poner como ejemplo a Kelly Brooks, una modelo ‘curvy’ que mide 1,68 de estatura y sus medidas son 99-63-91.
¿Estamos ante un cambio en la percepción de la belleza? Parece que las modelos excesivamente delgadas ya no son un ejemplo a seguir. Según recientes estudios, el cuerpo perfecto se corresponde con el de una mujer con curvas, como en los tiempos del Renacimiento.
Son ya dos los nuevos estudios que sostienen que Kelly Brooks representa la armonía y la proporción, ya que la modelo británica es “totalmente natural y científicamente perfecta”.
El informe de la Universidad de Texas y el del cirujano plástico inglés Patrick Malluci, miembro del Colegio Real de Cirujanos de Inglaterra y que fue realizado con el respaldo del University College London, concluye que Kelly Brook además de tener el “cuerpo perfecto” con 36 años tiene un cuerpo real, porque no se ha sometido a cirugías estéticas y ha estado embarazada en dos ocasiones.
Para los investigadores de la Universidad de Texas, la estatura de Kelly, 1,68 metros y sus medidas de 99-63-91 centímetros, constituyen las proporciones más cercanas a la perfección absoluta, según el análisis del promedio armónico del cuerpo humano que incluyó la edad, las medidas del rostro, el cabello, los pechos, las caderas, la cintura, las piernas, la espalda, y hasta del cuello.
Según los científicos la forma física de Kelly es perfecta en términos de atractivo, y desvela que lo que más atrae a los hombres no tiene nada que ver con cuerpos atléticos y perfectamente cincelados en el gimnasio sino con algo tan primario como la fertilidad. Pura naturalidad y feminidad.
Desde 2007 los científicos británicos habían declarado que Brook era la ‘mujer 10’. Más tarde, en 2009, investigadores de la Universidad de Texas ya explicaron que ella tiene la proporción ideal entre cintura y cadera.
Este nuevo modelo de perfección no parece tan inalcanzable, y coincide más con el ideal de belleza que los artistas han plasmado en sus pinturas durante siglos. Kelly siempre se ha mostrado orgullosa de sus curvas y nunca ha intentado adaptarse a esos cánones que triunfan en la publicidad y en las pasarelas.
De hecho, no le resultó fácil trabajar en la industria del modelaje y la televisión viéndose más rellenita que sus compañeras. Ahora la ciencia le ha vuelto a dar la razón: sus proporciones son perfectas.