El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, extendió el martes una invitación para una conversación informal al líder opositor que encabeza la Asamblea Nacional y lamentó que la oposición se resista a activar un gran diálogo nacional promovido por Unasur para acordar soluciones a la crisis política, social y económica que padece el país sudamericano.
“Sabiendo que es por Venezuela yo me despojo de orgullos. Si voy a dialogar, si debemos dialogar, debemos dialogar para buscar la paz, el respeto a la soberanía de Venezuela, la justicia, para buscar la convivencia”, dijo Maduro al extender “por quinta vez la invitación” al diputado opositor Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional. El objetivo es celebrar una conversación informal con el propósito de disminuir las tensiones y facilitar el diálogo promovido por Unasur mediante una serie de reuniones exploratorias.
“No puede ser que Ramos Allup no conteste. Vamos a sentarnos usted y yo, ‘face to face (cara a cara)’, a hablar, sólo hablar sin compromiso “, dijo el mandatario en su programa semanal de radio y televisión “En Contacto con Maduro”.
Ramos Allup no estuvo disponible para realizar comentarios.
“Es increíble (…) que el presidente constitucional de la Asamblea Nacional se niegue a hablar con el presidente de la República, cuando el presidente de la República lo está convocando”, agregó sin ofrecer detalles sobre el estado de la iniciativa de diálogo.
En la víspera, el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el exmandatario panameño, Martín Torrijos se reunieron con congresistas de la oposición, que plantearon la celebración de un referéndum revocatorio a Maduro y la liberación de dirigentes y activistas como requisitos previos para un diálogo con el gobierno. El encuentro se produjo un día después de la reunión de Rodríguez Zapatero con la canciller venezolana, Delcy Rodríguez.
Sin ofrecer más detalles, el diputado opositor Luis Florido señaló en su cuenta de Twitter que la reunión fue “cordial” y “clara” y que se conversó sobre las exigencias de la coalición para el diálogo, que incluyen la consulta y la liberación de los llamados “presos políticos”.
La coalición Mesa de la Unidad Democrática pidió además la semana pasada la incorporación de un representante del Vaticano y otros expresidentes como mediadores en el proceso de diálogo que promueven desde mayo los exmandatarios Leonel Fernández, de República Dominicana, Zapatero y Torrijos, con el apoyo de Unasur.
La alianza, que agrupa a una treintena de partidos y organizaciones de la oposición, también planteó que la Organización de Estados Americanos (OEA) pueda sumarse a la iniciativa de diálogo. Maduro dijo repetidamente que no aceptará “condiciones de ningún tipo”.
La celebración del referéndum está sujeta a la decisión del Consejo Nacional Electoral — cuatro de sus cinco responsables son vistos como próximos al gobierno. El ente está evaluando cerca de 409.313 firmas presentadas por los opositores a finales del junio. Si la iniciativa supera esta etapa, la oposición deberá recolectar cerca de cuatro millones de rúbricas para activar el proceso de consulta.
El proceso de diálogo cuenta con el respaldo de la comunidad internacional, que lo planteó como una salida a la compleja crisis que vive Venezuela por la desbordada inflación y severos problemas de escasez de alimentos, medicinas y otros productos que han generado crecientes protestas callejeras y saqueos de comercios.