Tegucigalpa.- Con una proyección climática favorable, precios de venta garantizados, tasas de interés bajas y mecanismos contra los efectos del cambio climático, los productores hondureños esperan que 2016 sea uno de los años más rentables para la cosecha de granos básicos con estimaciones cercanas a 18 millones de quintales entre los tres principales alimentos que produce el campo.
Las proyecciones de cosecha para el maíz se ubican en 13 millones de quintales, un aumento de 36.8 %, equivalente a 3.5 millones de quintales, con respecto a los 9.5 millones de quintales de 2015, según registros de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG).
Con esto, se espera cubrir el 59 % de la demanda de consumo nacional, de unos 22 millones de quintales, de los cuales 9 millones son para producir alimento concentrado y 2 millones de harina de maíz; el resto es de maíz blanco.
En el caso del arroz, donde la demanda de consumo es de 3.5 millones de quintales anuales, las autoridades agrícolas proyectan una cosecha de 1.6 millones de quintales, pero los arroceros apuntan hacia los 2 millones de quintales.
Esta proyección apunta a cubrir entre el 45.7 % y el 57.1 de la demanda de consumo nacional de arroz.
El año anterior la cosecha arrocera fue de 1.5 millones de quintales, pese al azote del verano prolongado en las regiones productoras del arroz.
El grano que reporta excedente es el frijol, que en 2014 obligó a la importación para suplir la demanda nacional, de 2.1 millones de quintales, pero que en la actualidad reporta excedentes que han sido exportados a mercados regionales y el estadounidense.
Este año se espera producir durante las tres temporadas de cosecha alrededor de 3 millones de quintales.
Las estimaciones apuntan hacia por lo menos 17.6 millones de quintales entre los tres granos básicos.
Buenos augurios
Tanto productores como funcionarios del sector agrícola destacan el invierno copioso como un factor importante para estas proyecciones, pero señalan que no es el único incentivo que hay en tierra adentro para seguir cosechando.
“En 2014 y 2015 no avanzamos en cuanto a mejorar la productividad por las circunstancias de la sequía prolongada, pero todos esos proyectos de riego que tenemos en Comayagua, en el Valle de Jamastrán, Azacualpa, en el Valle de Sulaco, más la construcción de cosechas de agua, eso vendrá a mejorar la productividad”, afirma Johny Handal, viceministro de Agricultura, al destacar el aporte de mecanismos de apoyo al agro, que hacen que los productores no dependan únicamente del clima.
Néstor Mendoza, productor y directivo agrícola, es uno de los hondureños que ve cómo proyectos de riego hacen la diferencia en Comayagua, donde él cultiva 220 manzanas de arroz, bajo el sistema del proyecto Coyolar.
“Nosotros aquí siempre vamos a producir, independientemente de que llueva o no, y tenemos suficiente agua de todos los cultivos”, afirma.
Mendoza, quien es el presidente de la Asociación Hondureña de Productores de Arroz (Ahpra), informó que los arroceros de Ocotepeque, Copán, Intibucá y la zona de Guangolola, en La Paz, reportan un buen invierno.
Allí, dijo, “los proyectos de arroz están excelentes y eso nos hace pensar que el arroz va incrementar, esperamos cerca de los 2 millones de quintales”.
En Comayagua, a través de un convenio con la Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (Dicta), los campesinos producen semilla mejorada, lo que ha permitido que el porcentaje de arroceros que usan este tipo de semilla para sus cosecha haya pasado de 20 % a un 80%.
Avances en seguridad alimentaria
Luis Donaire, presidente de la Asociación Hondureña de Agricultores (Asohagri), destacó por su parte que “otra cosa que ha causado impacto en el campo son los fondos Firsa (Fideicomiso de Inversión para la Reactivación del Sector Agrícola), con la reducción de las tasas de interés, eso ha causado buen impacto”.
Usar fondos del Firsa permite financiamiento a 7.5% de interés anual, por lo que un productor se ahorra entre 6 y 7% de interés anual con este fideicomiso.
Históricamente, la producción de granos básicos en el país ha sido financiada por el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Banadesa) y por los bancos comerciales con préstamos a corto plaza.
En cambio, Firsa está encaminado a préstamos a largo plazo, con dos años de periodo de gracia y hasta 10 de paga, y esa es la ventaja de estos fondos.
Para los micro y pequeños productores, el Gobierno destina el bono agrícola para apoyar a quienes normalmente no tienen acceso a crédito ni asistencia técnica.
Para este 2016 la disponibilidad del Bono Agrícola para una Vida Mejor es de 60,000 paquetes de fertilizante, de los cuales, explicó el viceministro Handal, ya se distribuyeron 32,000 para la época de primera y el resto será entregado en postrera. A este se le sumará más de 20,000 bonos de semilla de frijol.