El café es una de las bebidas más populares y más consumida del mundo. Sus orígenes parecen encontrarse en África, concretamente en la zona de Etiopía.
Debido a su popularidad, se han realizado diversos estudios para determinar cuáles son los principales efectos de esta bebida para la salud, y se ha podido comprobar que su consumo proporciona a nuestro organismo múltiples beneficios.
Algunas de las bondades de esta aromática bebida son las siguientes:
Mejora la memoria y la atención: Estimula el sistema nervioso central ayudándonos en situaciones de cansancio y favoreciendo el rendimiento cerebral. Esto es debido a que posee sustancias que estimulan la producción de dopamina y norepinefrina, mejorando la atención, la capacidad de concentración y la memoria.
Disminuye el riesgo de depresión: Este efecto positivo sobre los neurotransmisores cerebrales (dopamina, norepinefrina, etc.) puede ser la causa de que el consumo habitual de café se relacione con un menor riesgo de padecer depresión.
Reduce el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson: Estas dos enfermedades degenerativas, para las que hasta el momento no se ha encontrado cura, deben intentar ser prevenidas mediante la adquisición de unos hábitos de vida saludables y, curiosamente, a través de diferentes estudios, se ha visto una relación positiva entre el consumo habitual de café y un menor riesgo en la aparición de estas enfermedades. Es decir, parece que existe un riesgo menor de aparición de enfermedad de Parkinson y Alzheimer entre aquellas personas que habitualmente han consumido café.
Ayuda a prevenir la aparición de diabetes tipo 2: Aún no se conoce el mecanismo por el que el café disminuye el riesgo de padecer diabetes tipo 2, pero diferentes estudios han demostrado que el consumo de café reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 entre un 25 y un 50%.
El café es una bebida natural rica en antioxidantes y nutrientes: Su gran contenido en antioxidantes nos ayuda a frenar el proceso de envejecimiento y evita la aparición de algunos tipos de cáncer, entre ellos el de colon, ya que, además, otra de sus propiedades es la de regular el tránsito intestinal evitando el estreñimiento.
Entre los principales nutrientes que aporta se encuentra el calcio, fósforo, magnesio, selenio, potasio y vitaminas del grupo B, entre ellas la riboflavina (vitamina B2), la niacina (vitamina B3) y el ácido pantoténico (vitamina B5).
El café ayuda a evitar la migraña: Es conocido desde hace tiempo el efecto positivo del café contra las migrañas y el dolor de cabeza. Aunque se creía que esto era debido al efecto vasodilatador de la cafeína sobre el cerebro, se ha comprobado que este efecto se mantiene con el consumo de café descafeinado y esto se debe a su importante contenido en vitamina B2 o riboflavina y magnesio. El consumo de magnesio y de riboflavina resulta ser uno de los principales remedios naturales contra las temidas migrañas.
El café ayuda a mantener un peso saludable: Es un alimento que posee muy pocas calorías (prácticamente insignificantes) por lo que si lo tomamos solo o con leche desnatada y le añadimos poco azúcar o empleamos un edulcorante sin calorías, nos aportará sus diferentes nutrientes sin riesgo de aumentar nuestro peso. Por otro lado, se ha visto que puede ayudar a acelerar el metabolismo y a quemar el exceso de grasa.
Por ello, el café es compatible con un régimen de adelgazamiento, tanto en el marco de un desayuno saludable como de una merienda que nos evitará pasar hambre y “picotear” entre horas.
Posee efecto diurético: El café posee cierto efecto diurético que nos ayudará a evitar la retención de líquido, a eliminar toxinas y reducir la antiestética celulitis.
Tras las comidas tiene el poder de mejorar la digestión y se ha visto que disminuye el riesgo de padecer cálculos biliares. Por todas estas ventajas, no es de extrañar que haya sido y siga siendo una de las bebidas más consumidas del mundo.
¿Quién se resiste a una tacita de buen y aromático café?