La policía brasileña detuvo este jueves a Guido Mantega, ministro de Hacienda de las presidencias de Lula da Silva y Dilma Rousseff y figura de peso en el izquierdista Partido de los Trabajadores, en el marco de la investigación de la red de corrupción en Petrobras.
Mantega fue detenido por la mañana en un hospital de Sao Paulo, donde acompañaba a su mujer que acababa de ser operada, y fue conducido a las oficinas centrales de la Policía Federal en la capital paulista.
La Policía Federal ofrecería hacia las 13H00 GMT una conferencia de prensa junto a la Fiscalía en Curitiba (sur), que se ocupa del caso, para brindar informaciones acerca de la 34a fase de la Operación Lava Jato (Lavadero de autos) que investiga la trama de sobornos pagados por grandes constructoras a políticos para obtener licitaciones en la estatal Petrobras.
En esa fase, denominada “Archivo X”, fueron movilizados 180 agentes que cumplen 49 órdenes judiciales, entre ellas ocho de prisión preventiva y ocho de detención para interrogatorio, en cinco estados brasileños y en el Distrito Federal de Brasilia.
Las requisas y detenciones están relacionadas con sospechas de “fraude en licitaciones, corrupción de funcionarios públicos y traspaso de recursos a operadores y partidos políticos responsables de designar cargos importantes” en Petrobras, precisó un comunicado de la Policía Federal.
El texto señala que la investigación también detectó “empresas que formaron un consorcio para obtener contratos de construcción de dos plataformas aunque carecían de experiencia, estructura o preparación para hacerlo”.
Figura clave
Sin citar explícitamente a Mantega ni al Partido de los Trabajadores (PT), el comunicado añade que “un exministro de Hacienda habría actuado en 2012 junto a una de las empresas para negociar la transferencia de recursos para pagos de deudas de campaña del partido político del momento”.
Nacido en Italia, de 67 años, Mantega fue una figura clave del área económica durante tres de los cuatro mandatos consecutivos del PT en Brasil. Asumió la cartera de Planificación en 2003 y un año más tarde pasó a presidir el BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social). En 2006 tomó el comando del Ministerio de Hacienda (Economía y Finanzas) y continuó en el cargo durante el primer mandato de Rousseff, destituida el mes pasado por el Senado, antes de ser reemplazado en 2015 por Joaquim Levy.
Mantega es la última de las figuras políticas del PT en ser alcanzada por la Operación Lava Jato, que asedia a Lula y ya llevó a prisión a su jefe de Gabinete, José Dirceu, al publicista del partido, Joao Santana, y al extesorero Joao Vaccari.
Considerada la mayor causa de corrupción de la historia de Brasil, la fiscalía la define como un sistema de “empresas que se enriquecían a costa del Estado, directivos de Petrobras que vendían favores, lavadores profesionales de dinero que pagaban sobornos y políticos y partidos que sustentaban directivos de Petrobras y a cambio recibían la mayor parte de los sobornos para enriquecerse y financiar sus campañas”.
El martes el juez de primera instancia Sergio Moro, que tramita las causas de investigados que no tienen fueros privilegiados (legisladores y ministros en funciones), aceptó una denuncia por corrupción pasiva y lavado de dinero presentadas por la fiscalía contra Lula (2003-2010).