Anoche se estreno en varios países de América Latina la serie que ha sido llamada la primera telenovela selfie de la historia. Llámame Bruna, de ocho capítulos de una hora de duración y producida por la cadena Fox, protagonizada por la joven actriz brasileña Maria Bopp y dirigida por Mária Farai, está basada en la historia real de Raquel Pacheco, una de las prostitutas más famosas de Brasil.
Pacheco, que adoptó el nombre de Bruna Surfistinha, hija adoptiva de una pareja que ya tenía otras dos, abandonó a los 17 su hogar de clase acomodada para acabar trabajando en el burdel Privé, uno de los más conocidos de São Paulo, en el barrio residencial de Jardins, en busca de independencia económica y de experiencias fuertes. Tenía tal éxito que, dicen, recibía hasta 12 clientes diarios, pero también era víctima del submundo en el que vivía.
La soledad la llevó a escribir un blog sobre sus crudas experiencias (El dulce veneno del escorpión) y cuatro años más tarde, a los 21, dejaría el oficio tras enamorarse de un cliente, un abogado. En 2005, se convirtió en un icono de la cultura pop al publicar un best-seller de igual título que inspiró dos películas: Confesiones de una prostituta de lujo(2009) de Steven Soderbergh y Bruna Surfistinha de Marcus Baldini (2011).
“Muchas mujeres me cuentan que tienen la fantasía de ser prostitutas, al menos por una vez, pero que nunca se animaron. Y en general, a todos les despierta curiosidad el tema”, ha dicho a la prensa Pacheco, que siempre ha insistido en que su decisión fue una elección libre y no una obligación y que nunca habría ganado tanto dinero con otra actividad.
La serie que se concentra en el primer año como prostituta está contada en primera persona, contiene un vocabulario fuerte y abundan las escenas explícitas. A diferencia de otras, Llámame Bruna explota, por una parte, el morbo de una serie que gira en torno al sexo con la denuncia social que rodea el sórdido mundo de las sexoservidoras, como se ve en el primer capítulo, en el contexto de un país con las desigualdades de Brasil. Hoy Pacheco es una escritora de éxito, ejerce como DJ y ha vivido para contarlo. Muchas otras, no.