El diario The New York Times lo calificó así este viernes: “El expresidente Álvaro Uribe es el principal obstáculo para la paz en Colombia”.
Fue en un editorial titulado en inglés “The man blocking peace in Colombia” (El hombre que bloquea la paz en Colombia), que desde temprano empezó a ser compartido por miles de colombianos, a través de las redes sociales.
Editorial del @nytimes: regreso a la guerra sería catastrófico. Si pasa, Álvaro Uribe será el principal responsable. https://t.co/MhcXv7zk20
— Adriana La Rotta (@adrianalarotta) 14 de octubre de 2016
Aunque el periódico estadounidense reconoce que cualquier “libro de historia sobre Colombia debe mencionarlo” porque gracias a su “mano dura” se debilitó a la guerrilla y “se abonó el camino para que las FARC se sentaran a negociar”, asegura que “de manera desconcertante, Uribe ha emergido hoy como el principal obstáculo para lograr una salida negociada al conflicto armado que vive Colombia desde hace 52 años”.
Según el diario, “no es muy tarde para que Uribe, que sigue siendo popular entre muchos colombianos, comience a comportarse como un estadista y no como un saboteador. Las elecciones que tome en las próximas semanas pueden determinar si el acuerdo de paz que su sucesor, Juan Manuel Santos, logró con la guerrilla más grande del país le pondrá fin al derramamiento de sangre o será otra oportunidad perdida”.
Además, afirma que “el fracaso (del proceso de paz) sería una tragedia y arruinaría el legado de Uribe, particularmente porque no ha ofrecido una alternativa viable”.
¿Cómo entender la posición de uno de los periódicos más respetados e influyentes del mundo?
CNN en Español habló com Fabio López de la Roche, uno de los expertos que más ha analizado la relación entre medios de comunicación y política, historiador y actual director del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia.
Según López, autor del libro Las ficciones del poder. Patriotismo, medios de comunicación y reorientación afectiva de los colombianos bajo Uribe Vélez (2002-2010), está muy bien que un medio de los quilates del New York Times haya tomado posición al respecto y en sus afirmaciones no hay nada inexacto o que no sea cierto.
López, quien además ha escrito varios artículos y ensayos sobre el papel de los medios en el conflicto armado colombiano y en la formación de una cultura política, cree que “así como el Premio Nobel de la Paz para Juan Manuel Santos, la publicación del editorial tiene la capacidad de interpelar a muchísimas personas, incluidas varias de las que no votaron o votaron por el no y luego se arrepintieron”. De ponerlas a reflexionar sobre las acciones y la actitud del expresidente.
Sin embargo, cree que es poco probable que Uribe y los más radicales de sus seguidores, que “suelen menospreciar a la comunidad internacional y sólo se miran el ombligo”, se sientan aludidos por la posición del periódico estadounidense.
Pero para el congresista Federico Hoyos, representante a la Cámara por el Centro Democrático, partido que lidera Uribe, decir que él es el principal obstáculo para la paz es “absolutamente injusto, además de impropio, pues no le corresponde al periódico referirse así a un expresidente y no es cierto lo que dice”.
Unfair and impolite to call Mr. Uribe a “spoiler”. Political control has been a key element to improve the peace deal. @nytimes
— Federico Hoyos (@FedericoHoyos) 14 de octubre de 2016
Hoyos, quien envió por lo menos 10 mensajes al respecto a través de su cuenta de Twitter, le dijo a CNN en Español que “no está bien que digan que quien ha ejercido un control político necesario y ha visibilizado los problemas del acuerdo ahora se convierta, públicamente, en el culpable de no lograr la paz”.
“Los culpables son los que negociaron un mal acuerdo”, afirmó con vehemencia. “El artículo está lleno de imprecisiones e injusticias”.
President Uribe has been an example in the democratic debate and in the study and public communication of the peace deal. @nytimes
— Federico Hoyos (@FedericoHoyos) 14 de octubre de 2016
El editorial también asegura que después del plebiscito del pasado 2 de octubre, “Uribe ha hecho una serie de demandas poco realistas sobre el acuerdo con las FARC, incluyendo la de desechar el sistema de justicia transicional y su tribunal especial, que eran el corazón del acuerdo”. Y propone que si “tiene una idea mejor y que sea viable, debería enviar una delegación a La Habana, donde se encuentran en este momento los líderes de las FARC”, para destrabar el proceso.
Esta última, para Hoyos, “sí que es una idea inviable”.
“Todas las propuestas de Uribe y del Centro Democrático se han hecho desde el principio de los diálogos en los medios, en el Congreso y con la ciudadanía, y el Gobierno nunca las tuvo en cuenta. Lo que sí es inviable es que Uribe envíe una delegación a La Habana, pues el presidente Santos es el único que tiene facultad para eso”.
A return of violence would entirely be Farc’s fault, not of those who in the democratic process have rejected the peace deal. @nytimes
— Federico Hoyos (@FedericoHoyos) 14 de octubre de 2016
La politóloga y senadora Claudia López, en cambio, está segura de que si el periódico más influyente del mundo dice que “Uribe es el principal obstáculo para la paz”, es por algo. Y va más allá, pues cree que no sólo “no quiere la paz” sino que quiere “bloquearla” y, por eso, “si regresa la guerra será su responsabilidad”.
.@nytimes también lo tiene claro….no quiere paz, sino bloquearla. Si regresa la guerra será su responsabilidad https://t.co/8eIC1S24KJ
— Claudia López (@ClaudiaLopez) 14 de octubre de 2016
Según el New York Times, muchos de los colombianos que votaron por el no en el plebiscito lo hicieron “influenciados por una campaña hiperbólica y engañosa liderada por Uribe”.
El diario también dice que el expresidente “afirmó, sin evidencia, que el acuerdo iba a perjudicar al sector privado”. Además, cita la ya célebre entrevista al exsenador y gerente de la campaña por el no, Juan Carlos Vélez, en la que admitió que evitaron explicar el contenido del acuerdo y, a cambio, prefirieron “concentrarse en un mensaje de indignación”.
Y termina con una frase muy dura: “Un retorno a la violencia, que no puede descartarse, sería catastrófico. Si eso pasara, Uribe sería el principal culpable”.