El Heat estaba prácticamente eliminado, perdía por tres puntos y el tiempo expiraba en el Juego 6 de las Finales de la NBA ante los Spurs, cuando el balón llegó a sus manos faltando tan solo 7.8 segundos, dio un paso atrás y en la soltó con el reloj marcando 7.0.
La pelota estuvo un segundo y medio en el aire, un segundo y medio que transcurrió en cámara lenta, tardó una eternidad, con todo Miami metido de algún modo en el American Airlines Arena aguantando la respiración y BANG!
El Heat había empatado el juego 95-95, para luego ganarlo en tiempo extra y finalmente tras ganar también el Juego 7 ceñirse el anillo de campeón del 2013.
El protagonista de esta historia no es otro que el ya legendario Ray Allen, quien después de 19 temporadas y dos años de inactividad ha anunciado su retiro de la NBA. Dicho anuncio se produjo en una carta conceptual, escrita por Allen en The Players’ Tribune.
Allen, quien fue escogido en el puesto cinco de la primera ronda en el draf del 1996, jugó para los Bucks, Sonics, Celtics y finalmente para el Heat.
El escolta de 41 años destacó por su enorme habilidad para anotar triples, pero sobre todo por su profesionadidad, siempre era el primero en llegar y pasaba largas horas perfeccionando y practicando su disparo de tres puntos. Se retira después de no tener más nada que probar para seguir dedicándose en cuerpo y alma a la educación de sus hijos.
El dos veces campeón de la NBA, fue 10 veces al Juego de las Estrellas y se deja el basquetbol siendo el líder en triples tanto en la temporada regular (2,973) como en los playoffs (385).
Con su marcha pone fin a los rumores de que podía volver a la NBA y comienza la leyenda del mejor francotirador de la historia, sabiendo que siempre tendrá un lugar en los corazones de los aficionados del Heat. Miami solo puede decir: Gracias Ray Allen.