La victoria de Donald Trump siembra dudas sobre la tensa situación en torno a Corea del Norte, después de que el republicano prometiera en campaña renegociar los acuerdos de seguridad de Estados Unidos con sus aliados en la región.
“Trump ha puesto en duda las principales alianzas e instituciones en materia de seguridad en el nordeste de Asia, por lo que su victoria va a generar una gran inestabilidad en la península coreana”, indicó a Efe Daniel Pinkston, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Troy y experto en Corea del Norte.
Donald Trump prometió en su campaña renegociar los acuerdos de seguridad con Corea del Sur y Japón al considerar que son deficitarios para EEUU y planteó la posibilidad de renunciar al compromiso de defensa con sus aliados e incluso inducirles a desplegar sus propias armas nucleares.
En caso de que esto sucediera, opina Pinkston, “la situación se volvería muy peligrosa no solo por violarse el tratado de no proliferación (NPT), sino porque Corea del Norte ya cuenta con armas nucleares y podría usarlas antes de que sus vecinos tuvieran tiempo para desarrollar las suyas”.
En Corea del Sur, de hecho, los expertos han destacado el peligro de las propuestas del presidente electo de EEUU para la seguridad de su país.
La victoria de Donald Trump “es una mala noticia en todos los frentes: en seguridad porque quiere retirar las tropas o al menos reducir su presencia militar, y en el económico porque busca imponer aranceles a Corea del Sur, un país exportador”, explicó a Efe en Seúl el analista político Shim Jae-hoon.
El experto también ve con pesimismo la declaración de intenciones de Trump sobre el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, a quien no descartó invitar a la Casa Blanca para una reunión bilateral, según declaraciones del entonces candidato en un mitin el pasado junio.
“Tampoco son buenas noticias. Incluso si le recibiera en Washington, cosa que dudo ya que Kim Jong-un no viaja al extranjero, no llegarían a un acuerdo. Trump desconoce las políticas hacia Pyongyang y esto lo podría aprovechar Kim en su beneficio”, opinó Shim.
Hasta el momento la administración de Barack Obama se ha negado a mantener cualquier negociación con Corea del Norte si el país no se compromete a abandonar su programa nuclear.
A pesar de las perspectivas negativas en Seúl sobre la victoria de Trump, el Gobierno surcoreano confía en que se mantenga el “status quo” tras un primer contacto con el ganador de las elecciones.
Estados Unidos “permanecerá firme y sólido a la hora de trabajar con Corea del Sur para protegerse contra la inestabilidad de Corea del Norte”, indicó Trump a la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, cuando esta le telefoneó para felicitarle, según un comunicado de la Casa Azul de Seúl.
Por su parte, Corea del Norte ni siquiera ha mencionado de momento la victoria de Donald Trump, aunque se ha reivindicado una vez más como estado poseedor de armas nucleares en sus medios estatales, en lo que se considera un mensaje dirigido al presidente electo.
“EEUU debe reconocer oficialmente a Corea del Norte como estado poseedor de armas nucleares y aplicarle las mismas políticas que a otros estados con armas atómicas”, expresó Pyongyang en un editorial de la agencia estatal KCNA, en el que instó a la próxima administración a abandonar las “fallidas” políticas de Barack Obama.
EEUU mantiene 28,500 efectivos en Corea del Sur y se compromete a defender a su aliado en un hipotético conflicto con el Norte, como herencia de la Guerra de Corea (1950-53).
Corea del Norte ha protagonizado recientemente importantes avances en su programa nuclear y el pasado septiembre llevó a cabo su quinta prueba atómica, lo que generó una fuerte tensión y el rechazo unánime de la comunidad internacional.
Como respuesta a esta acción, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene previsto adoptar próximamente una nueva resolución para endurecer las sanciones que ya impone al régimen de Kim Jong-un.