La posibilidad de un acuerdo nacional entre el Gobierno y las FARC con los partidarios del ‘no’ en el plebiscito que tumbó el primer acuerdo de paz en Colombia se ha vuelto una quimera.
El expresidente Álvaro Uribe, abanderado del rechazo a aquel pacto y el resto de portavoces del ‘no’ también han criticado el nuevo texto, al considerar que es “apenas un retoque del acuerdo rechazado por los ciudadanos”. Además, han pedido al Gobierno que celebre otro plebiscito y no tramite el nuevo pacto con la guerrilla por el Congreso.
Desde que los colombianos rechazaron el 2 de octubre en las urnas el acuerdo entre el Gobierno y las FARC, el equipo negociador del presidente, Juan Manuel Santos, se ha reunido en 11 ocasiones con los líderes del ‘no’. El último encuentro, de unas siete horas, terminó casi entrada la medianoche del lunes sin acuerdo. El choque entre ambas partes es frontal y no tiene visos de prosperar. Uribe, líder de los detractores, leyó un comunicado en el que responsabilizaba al Gobierno de “negar la posibilidad de este acuerdo nacional sobre temas sustanciales”.
Para el hoy senador, se tienen que modificar asuntos relacionados con las sanciones de los guerrilleros -no especifica en qué términos, “la no elegibilidad [de las FARC] mientras se cumplen penas” y “eliminar el narcotráfico como conexo al delito político”, entre otros aspectos.
“Hemos reconocido aquellos puntos en los cuales ha habido avances y algunos temas que podrían tener algunos ajustes en el Congreso”, afirmó Uribe, quien añadió: “El Gobierno nos ha dicho que estos temas no son revisables, sin estas reformas, el acuerdo es apenas un retoque del rechazado por los ciudadanos”, insistió Uribe, quien sugirió la posibilidad de reunirse con miembros de las FARC, aprovechando la presencia de estos en Bogotá para el inminente acto de la firma entre Santos y su líder, alias Timochenko, que se celebrará esta semana, con día y lugar por concretar.
Ante la posición de Uribe y los líderes del ‘no’, el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, fue tajante. Defendió que el nuevo texto incluye muchas de las observaciones hechas por los opositores a este proceso de paz, todas las posibles para lograr un acuerdo con las FARC. “Llegó la hora de avanzar”, zanjó De la Calle, quien recordó que el repunte del paramilitarismo y el asesinato de varios líderes sociales, así como la muerte de dos guerrilleros en un enfrentamiento con el Ejército, han evidenciado la “fragilidad del cese al fuego y un agravamiento de la violencia”. “Llegó la hora de unirnos alrededor de este nuevo acuerdo, de este acuerdo mejorado y ajustado, para implementarlo, proteger lo alcanzado y avanzar hacia la consolidación del fin del conflicto y la construcción de la paz. Los colombianos no pueden seguir viviendo en la incertidumbre”, insistió.
De la Calle defendió que el Gobierno había argumentado ante las FARC en La Habana el documento de cerca de 400 propuestas que los partidarios del ‘no’ les habían hecho llegar. “Lealmente, se les mantuvo informados a diario del avance de los trabajos de La Habana”, explicó el jefe negociador, quien recordó que, tras cerrarse el acuerdo, Santos se reunió con Uribe y habló con el también expresidente Andrés Pastrana y la exministra Marta Lucía Ramírez, las caras más visibles de la oposición, para avanzarles el nuevo pacto.
“En ningún momento, el presidente ni nadie del equipo negociador ofreció a los voceros del ‘no’ la posibilidad de revisar el acuerdo antes de su cierre”, incidió De la Calle. “Lo que el presidente sí me pidió, como se lo dijo en privado al expresidente Uribe, y públicamente a los colombianos, era que me regresara a la brevedad para explicar en todo detalle el nuevo acuerdo. Desde hace 8 días, apenas regresamos, se solicitó a los voceros del ‘no’, reunirnos para analizar el nuevo acuerdo y señalar con precisión los cambios solicitados por ellos y que fueron incluidos. Lamentablemente, por falta de respuesta de ellos, solo hasta el día de hoy fue posible realizar este encuentro”, criticó De la Calle.