viernes, noviembre 22, 2024

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México y Centroamérica se unen para hacer frente común a las deportaciones masivas de EE.UU.

Los países del Triángulo Norte se reunieron con la canciller mexicana en Guatemala para actuar conjuntamente frente a la expulsión de indocumentados

La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha provocado un tsunami más allá de las fronteras con México. Mientras se perfilan acciones concretas a la espera de que se cumplan las amenazas de una deportación masiva del nuevo mandatario de EE UU los cancilleres del Triángulo Norte de Centroamérica; Guatemala, El Salvador y Honduras, se reunieron el lunes con su homóloga mexicana, Claudia Ruiz Massieu, para hacer un frente común en la defensa de los migrantes.

La Secretaria de Relaciones Exteriores de México aseguró que el objetivo es atender a los paisanos en estos “momentos de incertidumbre”, por lo que ofreció estar “más cerca que nunca” de ellos. El principal mensaje de los cancilleres para la comunidad migrante en Estados Unidos es una llamada a la calma, mantenerse informados, portar sus documentos de identificación y evitar violar las leyes del país.

Los cuatro países enumeraron las acciones emprendidas desde la victoria de Trump, como aumentar la frecuencia de los consulados móviles, ampliar los horarios en los fijos y aumentar el contacto con organizaciones civiles que defienden a migrantes. En el caso de México se ha puesto en marcha un teléfono de emergencias y Guatemala anunció la apertura de más consulados y la contratación de más personal.

Los países del Triángulo Norte se apoyarán en cómo México atiende a sus connacionales en los 50 consulados que tiene en Estados Unidos, para ello, próximamente los cancilleres de Centroamérica viajarán a la ciudad de McAllen, Texas para conocer el programa Tricamex y el servicio de atención al migrante.

Los gobiernos de México y los tres países centroamericanos no descartan la posibilidad de una deportación masiva de inmigrantes indocumentados, tal y como dijo Trump pocos días después de su victoria, sin embargo, los cancilleres resaltaron que la política migratoria estadounidense no ha cambiado, y llamaron a los guatemaltecos, mexicanos, hondureños y salvadoreños en EE. UU. a evitar situaciones de riesgo para evitar comportamientos racistas.

Según estimaciones oficiales, unos seis millones de emigrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras radican en Estados Unidos, la mayoría sin residencia legal, mientras que alrededor de 34 millones de mexicanos viven en suelo estadounidense.

Con la administración Obama se aprobó un plan de 750 millones de dólares que en su mayoría no han sido desembolsados. Esos recursos serían invertidos en proyectos de desarrollo social para evitar la inmigración ilegal de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños hacia EE UU pero con la elección de Donald Trump como nuevo presidente estadounidense hay dudas de que se mantenga esta ayuda.

El presidente Barack Obama ha deportado durante sus ocho años de mandato a casi 2,9 millones de personas con antecedentes criminales. Ha sido el presidente que más inmigrantes ha expulsado en la historia. Se calcula que en Estados Unidos viven alrededor de 11 millones de extranjeros en situación irregular

En esta nueva etapa se añade otro agravante, la economía de los cuatro países depende en buena parte de las remesas- también amenazadas- que los emigrantes envían a sus familiares.

En esa dirección, Ruiz Massieu dijo que México está en situación de “alerta” y ratificó el compromiso del Gobierno mexicano con la protección de sus compatriotas. México “está en una situación de alerta, por lo que ha fortalecido sus servicios y capacidad para llegar a donde está nuestra comunidad en Estados Unidos” dijo durante la rueda de prensa conjunta.

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