MADRID.- Real Madrid y Atlético de Madrid devuelven a escena en el Santiago Bernabéu, uno de esos grandes duelos de alta rivalidad que marcaron sus últimas temporadas, un derbi trascendental en la lucha madridista por el título que llega marcado por la inesperada duda de Zinedine Zidane sobre su futuro.
Posiblemente Zidane tenía otra intención, pero pecó de sinceridad con un mensaje extraño en vísperas de un gran duelo, uno de esos partidos que marcan el andar de un equipo hacia su gran objetivo. El Real Madrid, obligado a ganar, y el Atlético de Madrid con la posibilidad de torpedear las opciones de título de su eterno enemigo, una vez asaltada la tercera plaza.
Cayó como una bomba en el madridismo y en el club la frase de Zidane. “No estoy seguro de seguir, por eso no preparo nada de la próxima temporada. Me centro en lo que queda de esta”. Bien sea por ejercicio de auto exigencia, meditando su adiós si no gana un título grande este curso, buen conocedor de la obligación de un entrenador del Real Madrid, o buscando un grado mayor de esfuerzo de sus jugadores en el césped, lo que es cierto es que el técnico se salió del guión a horas de un partido grande.
Su Real Madrid llega a la cita con la frescura que le aporta su clara apuesta por las rotaciones. Tras nueve cambios en el equipo titular para golear en Butarque, dejando en la grada sin reparos a jugadores como Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. Lo que antes generaba un debate profundo, ahora se entiende a la perfección buscando frescura en un equipo que encara un abril decisivo. Tras el derbi madrileño llega la eliminatoria europea ante el Bayern y el Clásico que decidirá el título liguero ya asoma.
El equipo titular que conquistó la Undécima Copa de Europa ante el Atlético de Madrid en Milán se perfila titular por la baja de Raphael Varane. Es el único contratiempo que sufre en forma de lesión Zidane en su plantilla, que devolverá a la titularidad tras descanso a Dani Carvajal, Pepe, Toni Kroos, Luka Modric más la BBC.
Cristiano Ronaldo, autor del triplete del último derbi de la historia en el Vicente Calderón, busca más goles en días señalados. Sin hueco se queda un futbolista en momento dulce como Isco Alarcón. Parece imposible que Zizou cambie el sistema buscando equilibrio, apostando por cuatro centrocampistas como en la primera vuelta en su triunfo más brillante ante el vecino. Ello conllevaría la suplencia de Bale y tras no ser convocado entre semana no parece factible. Hasta 20 encuentros encadena el Real Madrid sin perder en un Bernabéu, que se ha acostumbrado a conquistar el equipo de Simeone.
El Atlético está en racha. En la mejor de la actual temporada de la Liga, las cinco victorias consecutivas que ha encadenado ante el Valencia (3-0), el Granada (0-1), el Sevilla (3-1), el Málaga (0-2) y la Real Sociedad (1-0), y en la mejor de su historia en el Santiago Bernabéu en el campeonato: tres triunfos.
Quiere más el conjunto rojiblanco, ganador en ese escenario por 0-1 en 2013-14, por 1-2 en 2014-15 y por 0-1 la pasada campaña; afianzado ya en este curso en la tercera posición, con tres puntos de renta más la diferencia particular sobre el Sevilla, al que le remontó nueve puntos en las cuatro citas anteriores, y rearmado de ambición, confianza y convicción desde el pasado parón navideño.
Desde entonces ha jugado 14 encuentros en el campeonato, con diez triunfos, tres empates y una sola derrota, 1-2 con el Barcelona en el Vicente Calderón el pasado 26 de febrero, y ha reencontrado su versión más regular y fiable, con firmeza defensiva -un solo tanto en sus últimos seis duelos oficiales- y con goles: 41 en este 2017.