Al cantante Ricardo Arjona le gustan las cosas frías o calientes, pero nada tibio.”Frío o caliente, me gusta estar ahí. Sea para abandonar algo o entrarle. No me gusta estar en medio. Tanto una cosa como la otra, dado que ambas cosas vienen de una emoción”, afirma.
Así se refiere a la dualidad que generan su música y letras: hay quienes aman y alaban todos sus trabajos; otros, lo detestan y atacan con memes en redes sociales.
“Yo creo que la gente tiene odio en un lugar donde establecen su comunicación con el mundo. La comunicación en la redes sociales es un instrumento, un espejo fiel de quién eres. Mucha de la gente que no ha podido tener la vida que quiso, o cumplir los objetivos que quiso, utiliza las redes sociales para desbordar ese color con el que siente que el mundo lo trató”, dijo Arjona en conferencia de prensa.
Eso sí, sean buenos o malos, el guatemalteco defiende que todos los comentarios deben tener una vitrina llamada “Libertad de expresión”.
“Fijarse en ello (críticas negativas), a mí me parece que es un error garrafal. No permitir que exista también me parece un error garrafal. Creo que todo el mundo tiene derecho a soltar lo que trae adentro y el resto tiene derecho de leerlos o no. Es parte de la vida actual”, opinó el intérprete de “Mujeres”.
Esta semana, en la web trascendió un video en el que Arjona abandona una entrevista para CNN en español, luego de que el presentador, Camilo Egaña, lo cuestiona sobre la mala imagen que algunos tienen de sus composiciones.
“Vamos a tratar de entender a los mediocres y mala sangre como parte del virus de nuestros tiempos, de este siglo 21, que está lleno de gente de esa calaña”, sentenció sobre el caso.
Ricardo sabe que su nuevo disco, Circo Soledad, también dividirá opiniones, pero el festejó que, con su lanzamiento de hoy, pueda mostrar un trabajo que grabó en Londres, Nueva York, Nashville, Los Ángeles y Colombia.
“El disco se hizo en dos meses y medio, pero no hubo un sólo día que sintiéramos prisa porque no había nadie diciéndonos que teníamos que entregar. Dejamos que el proceso creativo no se detuviera”.
Por: Dayana Ortíz