LAS VEGAS.- El tapatío Saúl Canelo Álvarez y el sinaloense Julio César Chávez junior, los boxeadores mexicanos más populares de la última época, subirán este sábado al cuadrilátero para complacer a una audiencia que pedía esta pelea desde hace más de seis años.
Los pugilistas estarán frente a frente en un combate que se calcula sigan alrededor de 50 millones de personas en nuestro país.
Las trayectorias de Canelo, y el Hijo de la leyenda (Julio César Chávez González), surgieron casi a la par del resurgimiento del pugilismo en nuestro país, con el regreso de las principales peleas a la televisión abierta.
Álvarez, dos veces campeón del mundo (superwelter y mediano), y Chávez, excampeón mediano, recibirán una bolsa total de 20 millones de dólares (14 para Álvarez y 6 para Chávez), sin contar las ganancias que tendrán por la venta del sistema pago por evento (PPV), en Estados Unidos, que se calcula superará el millón de contrataciones.
La bolsa más cara que se había cobrado por una pelea entre peleadores mexicanos fue la tercera entre Marco Antonio Barrera y Erik Terrible Morales, en 2004. Cada uno cobró 2.5 millones de dólares, que ni siquiera sumadas alcanza lo que cobrará Chávez.
Álvarez se coronó campeón por primera vez en marzo de 2011, al pelear ante el británico Matthew Hatton por el vacante campeonato superwelter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Tres meses después, en junio del mismo año, Chávez junior derrotó al alemán Sebastian Zbik y se quedó con el cetro medio del mismo organismo.
Desde entonces su posible enfrentamiento se empezó a gestar, pero el equipo de Chávez, quien era en ese momento el boxeador popular, nunca le dio una oferta concreta a Álvarez.
Derrotas, y momentos complicados, adornaron los caminos de ambos desde entonces. El junior perdió en un par de ocasiones y parecía que su carrera iba a pique dada su poca constancia en los entrenamientos; Canelo cayó ante Mayweather, pero luego tuvo rivales más cuidados ante los que lució con victorias. Su talón de Aquiles fue renunciar al cetro mediano cuando el CMB dispuso que enfrentara al kazajo Gennady Golovkin, a quien rehuyó en ese momento.
La firma de la batalla entre los mexicanos en enero significó un reto para el Junior al verse obligado a marcar menos de 164.5 libras en el pesaje (hizo 164) un peso que no lograba desde 2012. Para Canelo también fue un desafío subir de peso.
Este viernes ambos superaron este primer desafío y esta noche subirán al cuadrilátero para saciar esos años de morbo que los han acompañado.