Esta información se conoce pocos días antes de que el Papa Franscisco realice su primera visita oficial a México, el próximo 12 de febrero.
Una investigación periodística vuelve a poner bajo la lupa al entorno de Enrique Peña Nieto.
Meses atrás el caso de la millonaria mansión del presidente mexicano y su esposa se saldó con una criticada investigación del propio gobierno que desestimó cualquier irregularidad.
Ahora el mismo equipo de periodistas que destapó el escándalo de la “Casa Blanca” cuestiona cómo Peña Nieto logró casarse con Angélica Rivera y la forma en que la Iglesia católica mexicana agilizó la anulación del matrimonio previo de la primera dama.
Esta información se conoce pocos días antes de que el Papa Franscisco realice su primera visita oficial a México, el próximo 12 de febrero.
Mientras el gobierno mexicano asegura que todavía no existe una postura oficial sobre el tema, desde la Arquidiócesis de México se dijo a BBC Mundo que el reportaje “utiliza medias verdades para confundir a la opinión pública”.
La polémica en torno al enlace entre el mandatario, de 49 años, y su esposa, de 46, no es nueva pues desde los inicios del vínculo se ha especulado con que se trataba de un romance orquestado para potenciar la llegada de Peña Nieto a la presidencia.
Angélica Rivera, la mujer al lado de Peña Nieto
“Craso simulacro de justicia”
De acuerdo con la investigación divulgada el fin de semana por Aristegui Noticias y el semanario Proceso, la boda en noviembre de 2010 entre Peña Nieto y Rivera, hasta ese entonces una famosa y popular actriz de telenovelas, “se hizo posible a partir de un proceso plagado de irregularidades, falsedades y simulación al interior de la Arquidiócesis Primada de México”.
Ocurrió, según documentos vaticanos, tras lo que el Tribunal de la Rota Romana, un tribunal de apelación de la Santa Sede, calificó de “craso simulacro de justicia”.
La historia se remonta a comienzos de diciembre de 2004 cuando Rivera contrajo matrimonio con el productor de televisión José Alberto Castro en una iglesia de la colonia Roma de la capital mexicana. Días después realizaron otra ceremonia religiosa en una playa de Acapulco.
En ambas estuvo presente José Luis Salinas, fallecido el año pasado, considerado el “sacerdote de las estrellas” y quien se convertiría en personaje central de la trama.
Decreto de anulación
Rivera y Castro se divorciaron en 2008, en noviembre de ese año Peña Nieto, en ese entonces gobernador del estado de México, anunció su noviazgo con la intérprete.
En mayo del año siguiente, apenas dos meses después de haber iniciado un proceso que suele resultar largo y complejo, la actriz consiguió que la Iglesia decretara que su enlace era “nulo e inválido por defecto de forma canónica”.
De esta forma, quedaba abierta la puerta a celebrar una boda religiosa con Peña Nieto, quien ya se perfilaba como candidato a la presidencia.
Poco después de la anulación, Rivera explicó en una entrevista: “El día que me casé con El Güero Castro, ése día me divorcié por algo que sucedió entre él y yo después de la boda. Pero eso sólo lo saben mis hijas y yo me lo voy a llevar a la tumba”.
Y agregó: “Después de mi divorcio civil, pedí la anulación de mi matrimonio por la Iglesia y hasta entonces me enteré de que la Iglesia no puede hacer válido el supuesto matrimonio de la iglesia de Fátima porque no se corrieron amonestaciones, en la ceremonia del 2 de diciembre no hubo anillo, no hubo lazo y, por si fuera poco, el padre de la iglesia de Fátima que firmó el acta no tenía permiso para celebrar el sacramento. Por eso la Arquidiócesis Primada de México lo resolvió como una ‘falta de forma canónica’, pero la verdad fue un error nuestro porque no sabíamos que se podía presentar esta situación…”.
La investigación contra el sacerdote
Al mes siguiente de la anulación, la Arquidiócesis de México inició una investigación contra el sacerdote Salinas que determinó irregularidades.
De acuerdo a las autoridades eclesiales, Salinas fue responsable de haber “simulado la administración del sacramento y del matrimonio” y lo cuestionaban por “no tener licencias” de la Arquiócesis y de “haber actuado durante varios años públicamente como si las tuviera”.
El caso llegó al Tribunal de la Rota Romana que, según los documentos de la investigación, en 2012 determinó que en el proceso contra Salinas hubo “un craso simulacro de justicia construido confusamente”.
“El acusado nunca fue citado judicialmente (…) nunca fue nombrado un abogado para su defensa”, determinó el tribunal de apelación del Vaticano.
Salinas envió una carta a Peña Nieto advirtiéndole de “irregularidades canónicas” en el proceso en su contra” donde hablaba de implicaciones “muy graves”.
El sacerdote aclara que él no celebró el matrimonio en la playa de Acapulco, que aseguró que en realidad se trató de una ceremonia de acción de gracias y una repetición de los votos matrimoniales, y que el verdadero enlace había tenido lugar en la iglesia Nuestra Señora de Fátima donde sí estuvo presente pero que no ofició.
De esta forma, y según esa versión, el primer matrimonio de Rivera habría sido anulado de forma irregular por lo que su enlace con Peña Nieto no debería haber sido posible.
Salinas, quien se encontraba enfermo de cáncer, le escribió en septiembre de 2013 una carta al papa Francisco para relatarle su versión de los hechos y pedirle asistencia.
El sacerdote falleció en octubre pasado.
“Medias verdades”
La Iglesia católica mexicana desestimó las acusaciones hechas por Aristegui Noticias y Proceso.