sábado, noviembre 23, 2024

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¿Qué come un astronauta?

Durante la llamada Carrera espacial, uno de los avances tecnológicos en que se ha puesto especial atención es la manera en que los astronautas se alimentan en el espacio. ¿Qué comen? ¿Cómo lo comen? ¿A qué sabe la comida del espacio? Son algunas de las interrogantes que aquí resolvemos.

La comida es una de las cosas que, de tan cotidianas, no reparamos en sus cualidades cuando estamos en nuestro planeta, pero ¿a qué problemas se enfrentan los astronautas para comer cuando se encuentran en órbita? He aquí cómo ha evolucionado este proceso desde los primeros vuelos espaciales a la actualidad.

Los soviéticos, en origen líderes de la Carrera espacial,1 determinaron la pauta de la tecnología aeroespacial, incluida la comida para astronautas.

El cosmonauta Yuri Gagarin en su histórico vuelo del 12 de abril de 1961, en el Vostok-1, llevaba tres rollos metálicos —de 160 gramos cada uno—, con una forma muy similar a los de nuestra pasta de dientes actual.

Por su parte, los estadunidenses imitaron cuanto sabían de los rusos y cuandoJohn Glenn emprendió su vuelo en el Friendship 7 en 1962, una de sus misiones era comer en el espacio para comprender el proceso de ingesta en microgravedad. ¿Su comida? Una papilla de manzana en un tubo metálico. El resto de las misiones Mercury se alimentó de unos desabridos cubos —no mayores a un centímetro de diámetro—, que estaban compuestos de proteínas y que, cuentan los astronautas, tenían un sabor muy desagradable.

En ese momento se creía que el proceso de peristalsis en el esófago —contracción progresiva, de un extremo a otro, de ciertos órganos tubulares para hacer avanzar su contenido y que nos permite tragar—, no sucedía con los músculos atrofiados en el espacio. Por eso se fabricaron esos rollos que introducían la pasta —similar a un paté— directo en la garganta del astronauta. La sorpresa para todos los científicos —y para los mismos astronautas— es que ellos podían comer sin problema y que la peristalsis funcionaba igual que en la Tierra.

INNOVACIONES YANQUIS

A finales de los años 60, los estadonidenses tomaron la delantera en la Carrera espacial y cambiaron la forma de comer en el espacio. Desarrollaron un sistema para rehidratar la comida por medio de una pistola de agua caliente conectada a una pequeña bolsa que contenía los alimentos. Esta nueva forma de comer permitió a los astronautas tener variedad alimentaria y mucho más sabor.

Además, su preparación tomaba menos de cinco minutos, lo que permitía a los astronautas enfocarse más en su trabajo. En las misiones Apolo que llegaron a la Luna comieron de esta forma.

En los años 70, en el Skylab —primera estación espacial estadunidense que orbitó la Tierra entre 1973 y 1979—, se introdujo el primer refrigerador espacial, lo que permitió que algunos perecederos se integraran a la dieta de los astronautas. El proceso de reconstitución y calentamiento se estableció formalmente en Skylab y aún se conserva así en la Estación Espacial Internacional.

El primer cambio significativo ocurrió en 1990, cuando la comida de las llamadas Misiones extendidas —y los instrumentos que empleaba— se volvieron indispensables para todas las misiones de la nasa. Con paquetes de aluminio muy delgados y una entrada para la manguera de una despachadora se llenaban los paquetes, después se colocaban en un compartimento que genera calor vía microondas para calentar la comida. Luego los astronautas cortaban un extremo del paquete con unas tijeras y éste podía servir también como plato. Fue en los transbordadores espaciales también donde se agregó un compactador de basura para eliminar los desechos.

DEL POLVO AL BUFFET

Ahora los astronautas pueden comer casi cualquier cosa. En Tierra tienen la oportunidad de elegir el menú de sus comidas de acuerdo al tiempo de su estadía en el espacio. Incluso tienen la opción de llevar alguna comida regional de su preferencia.

Los astronautas Gus Grissom y John Young del Gemini iii, hartos de la mala comida espacial de la nasa, metieron de contrabando un sándwich de carne en su cápsula. Las migajas de pan fueron captadas por las cámaras de la nasa y los astronautas fueran regañados por el Congreso estadunidense por su peligrosa travesura.

Los astronautas llevan un cuidadoso esquema de alimentación monitoreado desde la Tierra; se escanea el código de barras de su comida y se registra el número de calorías que han consumido cada día. Si éste es bajo, los controladores en Tierra los invitan a consumir algún refrigerio de medianoche antes de dormir. Esto es así porque es indispensable mantener la misma masa muscular durante el vuelo, pues quienes pierden mucho peso —como le llamamos en la Tierra— tardan más tiempo en recuperarse de una misión espacial.

Los cosmonautas rusos, por su parte, pueden elegir de entre más de 200 platillos de su comida moderna que empacan en latas, como las de atún. Esto en su momento les ayudó a tener una mejor variedad de comida en la estación espacial mir y también mayor facilidad para calentarla. Por fortuna, como buenos colegas que han sido yanquis y rusos en el espacio, ahora no tienen que conformarse con sus latas, sino que también disfrutan de la comida de su contraparte estadounidense.

CURIOSIDADES Y MITOS SOBRE LA COMIDA EN EL ESPACIO

• El Tang naranja no fue diseñado para ir a la Luna —como se ha difundido erróneamente—, pero sí cobró mucha publicidad puesto que los astronautas no soportaban el sabor del agua de sus cápsulas. Los químicos que se usaban para limpiar el agua eran demasiado fuertes y el Tang eliminaba ese sabor.

• El astronauta Soichi Noguchi hizo el primer rollo de sushi —con salmón y arroz, sin verduras— en el espacio para un programa de la tv japonesa, y no se veía nada apetitoso.

• Las tortillas de harina son el complemento más solicitado por los astronautas. Esto es así porque, contrario al pan y las tortillas de maíz, dejan muy pocas migajas flotando en las cápsulas.

• La comida en la Estación Espacial Internacional tiene instrucciones de preparación en ruso e inglés.

• La compañía rusa Vostok 4-Pines diseñó y probó en un vuelo de microgravedad la posibilidad de llevar cerveza oscura al espacio en un paquete especial. Aunque ahora es posible, nadie ha pedido una cerveza.

• Los rusos dejaron de usar los tubos con paté y papillas hasta mediados de los años 80.

• Los gases y el líquido se separan muy distinto en el espacio y, de tomarse, producen un eructo mojado —con un poco de vómito—, por ello no es posible llevar bebidas carbonatadas al espacio.

• En los años 80 Coca-Cola y Pepsi diseñaron envases especiales para que los astronautas pudieran beber sus refrescos en el espacio: Coca para los estadounidenses y Pepsi para los rusos.

• Si un astronauta de otra nacionalidad participa en una misión, su comida lleva instrucciones en su lengua natal.

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