Cuando la cura resulta más mala que la enfermedad. Advertimos que las fotos pueden ser muy fuertes
Tailandia. Una joven en Tailandia vivió la peor pesadilla cuando decidió retirar un tatuaje de su cuerpo.
Pasauda Reaw, de 21 años, se hizo un tatuaje de rosas en la parte superior de su pecho pero un año después se arrepintió de tenerlo. Su alternativa fue someterse a un procedimiento para retirarlo.
La mujer entonces aplicó Rejuvi, un método más económico que la aplicación de rayo láser sobre la piel. El producto químico saca la tinta de la piel y crea una costra que se lleva el dibujo.
A días de aplicarlo el Rejuvi sintió ardor y picazón. Reaw aguantó la situación hasta que pudo pelar la costra de la piel. A partir de allí tuvo que lidiar con la infección.
El proceso comenzó en febrero de este año, y ha sido una tortura para la estudiante. El tatuaje ya no existe pero quedó una cicatriz que necesitará cirugía plástica para retirarse.