LONDRES.- Vladimir Putin recurre a baños de sangre de ciervos para potenciar su salud y virilidad, informa la prensa rusa.
El presidente de Rusia suele frecuentar la república de Altai para sumergirse en bañeras con sangre de maral, también conocido como ciervo rojo del Cáucaso, a la cual se le atribuyen propiedades curativas y afrodisiacas, según la tradición local.
La sangre de las astas del ciervo rojo actúa como un potente tónico, especialmente para la potencia sexual de los hombres”, cuenta un granjero de Altai.
Fortalece los huesos, los músculos, los dientes, la vista y el oído. También cura la pleuritis, la neumonía, el asma, la osteoporosis y los problemas de espina dorsal”, agrega.
De acuerdo con la información, durante una visita de Putin el año pasado a Altai, los pobladores locales le prepararon alrededor de 70 kilogramos de astas de ciervo para que el mandatario tomara su baño de sangre.
Se dice que Putin suele bañarse así varias veces al año.
La afición del presidente ruso por este ritual se remonta a una década atrás, cuando comenzó a interesarse por los supuestos beneficios de la sangre de maral, y hasta inició en esta práctica al actual primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, y al exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi, según el reporte.
Costumbre aberrante
El método por el cual se extrae la sangre a los ciervos implica un gran sufrimiento para éstos, denuncian grupos defensores de los derechos animales.
Este es un ejemplo contundente de la crueldad hacia los animales”, reclama Irina Novozhilova, presidenta del Centro Vita, un organismo de protección animal.
Los ejemplares, seleccionados de acuerdo a su madurez, son llevados a una cámara en la que sus cuernos serán serruchados sin anestesia.
Una prensa se cierra a cada lado del ciervo, mientras que el suelo se separa, lo que hace que el animal quede suspendido, su cabeza sobre una cornisa y sus pezuñas agitándose por no poder alcanzar el suelo”, reveló hace unos años el diario The Siberian Times.
Dos o tres personas ponen el pie sobre el lomo del ciervo, otro sostiene la cornamenta, y otro pisa su hocico para inmovilizar la cabeza; uno corta las astas, colocando su pie en la parte posterior del cuello, para evitar que la bestia se mueva un centímetro hasta que sea despojado de su valioso trofeo”, relató el diario en un reportaje del 2015.
Algunas personas afectas a esta costumbre, incluso se refieren a las astas del maral como ‘cuernos de oro’ por los múltiples beneficios a la libido y el rendimiento sexual que se cree que poseen.
Con información de Daily Mail y The Siberian Times.