San Pedro Sula.- En lo más profundo del corazón y el seno de una familia, que entre lazos de amor y comprensión vivía, nació Andrea, una dulce niña que con su presencia trajo la luz y esperanza a sus padres, Santiago y Rosario, un matrimonio sólido y luchador que esperaba la llegada de su segunda hija…jamás imaginaron que su bebita crecería tan apresuradamente y mucho menos pensaron que celebrarían sus 15 años ¡de la manera en que lo hicieron!
Andrea creció llena de virtudes y talentos, una jovencita alegre que disfruta de darle una mano amiga a quien lo necesite; excelente alumna, de carácter sobrio, respetuosa y muy bien educada, amante de la naturaleza, los viajes y la exploración, ingresó a la tropa Scouts de la localidad hace un par de años, engrosando así su círculo de amistades…verdaderos amigos que compartieron con ella su fiesta de cumpleaños.
La agraciada adolescente ingresó al recinto vestida en azul royal, su color favorito ¡como toda una princesa! Pinceladas doradas en su vaporoso atuendo la hicieron lucir regia para la esperada ocasión. Reaccionó sorprendida al encontrarse con los rostros y miradas de todas sus amistades y familiares, que gustosamente acudieron a la cita para compartir con ella una de las noches más felices en esta etapa de su vida.
Decorada por sus familiares, la estancia del Hotel Victoria parecía reflejar la delicada personalidad de Andrea; el sutil aroma de las rosas invadió la atmósfera del lugar, donde sus padrinos, Carmen Orellana y Pedro Antonio Calderón, la recibieron con abrazos y mimos, orgullosos de formar parte de su hermosa historia de quinceañera.
El vals y el cambio de zapatilla, formaron parte del protocolo de la celebración. Con sus emociones a flor de piel, ella mostró su rozagante sonrisa ¡cuánta felicidad en una sola noche! La buena música y el apetitoso banquete complementaron la velada que estrechó aún más la unión de la familia Solórzano-Motiño, que para finalizar el festejo, cantó al unísono, junto a todos los invitados, el ¡Feliz Cumpleaños para Andrea Nicole Solórzano!
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Santiago Solórzano