Una jueza de EE.UU. fijó para el 7 de mayo de 2018 el comienzo del juicio contra Paul Manafort, exjefe de campaña del presidente Donald Trump, y para el que fuera su “número dos”, Rick Gates, acusados de 12 cargos dentro de la investigación por la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016.
La magistrada Amy Jackson, de la Corte del Distrito de Columbia, anunció su decisión en una orden judicial, a la que accedió Efe.
En su orden, la jueza afirmó que, en principio, la fecha del 7 de mayo de 2018 para el comienzo del juicio es “firme”, y avisó a las partes de que, si desean hacer cualquier cambio, deben comunicarlo en la próxima audiencia, fijada para el próximo lunes.
En esa audiencia del lunes, la jueza también estudiará las condiciones de reclusión de Manafort y Gates, bajo arresto domiciliario desde el lunes de esta semana y con la posibilidad de salir de sus viviendas solo para servicios religiosos, citas médicas, comparecencias en la corte y reuniones con sus abogados.
Los dos hombres han tenido que entregar sus pasaportes, llevan una pulsera electrónica que permite al Gobierno conocer su localización mediante un sistema de GPS y la Justicia les ha impuesto una fianza de 10 millones de dólares para Manafort y de 5 millones para Gates.
El proceso en contra de Manafort y Gates es producto de la investigación que comenzó en mayo el fiscal especial Robert Mueller para examinar los posibles lazos entre miembros de la campaña del actual presidente y el Gobierno ruso, al que EE.UU. acusa de interferir a favor de Trump en las elecciones de 2016.
Los dos hombres se entregaron el lunes al Buró Federal de Investigación (FBI) tras ser acusados por Mueller de 12 cargos, entre los que figuran lavado de dinero, evasión de impuestos y “conspiración contra EE.UU.“, delitos que podrían traducirse en más de diez años de prisión.
Según Mueller, los acusados crearon una “red de entidades y cuentas bancarias” en diferentes países para ocultar hasta 75 millones de dólares, que obtuvieron principalmente del Gobierno prorruso de Ucrania y de otros oligarcas rusos, a los que ayudaron, por ejemplo, a mejorar su imagen en Estados Unidos.
Precisamente, Manafort, que dirigió la campaña de Trump entre mayo y agosto de 2016, tuvo que dimitir tras descubrirse que había recibido 12,7 millones de dólares por asesorar en secreto al expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014), vinculado a Moscú.
Los cargos contra Manafort y Gates no están relacionados con las actividades que llevaron a cabo para la campaña de Trump, pero revelan importantes lazos con Rusia entre 2006 y 2017, un periodo que se superpone con el trabajo de los dos sospechosos para la campaña presidencial.
Gates, el que fuera “número dos” de Manafort en la campaña, también comenzó a trabajar para el actual mandatario en marzo de 2016 y, tras las elecciones de noviembre, formó parte del equipo que organizó los actos de traspaso de poder entre el expresidente Barack Obama (2009-2017) y Trump.
Con información de EFE