sábado, noviembre 23, 2024

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Conozca a los cinco aspirantes a la presidencia de la Fifa

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Suiza.- Salman bin Ebrahim Al Khalifa y Gianni Infantino, un jeque bareiní y un abogado suizo, son los dos grandes favoritos para suceder a Joseph Blatter como presidente de la FIFA, en las elecciones que se celebrarán mañana en Zúrich, en las que el voto africano puede decidir tanto como las “traiciones” de última hora.

Por primera vez en su historia, cinco candidatos optan a la presidencia de la FIFA en unas elecciones: Al Khalifa -presidente de la Confederación Asiática-, Infantino -secretario general de la UEFA-, el príncipe jordano Alí bin Al Hussein, el francés Jerome Champagne y el sudafricano Tokyo Sexwale.

Los cinco obtuvieron su condición de candidatos tras superar el test de integridad al que les sometió el órgano de instrucción de la Comisión de Ética, el pasado 9 de noviembre.

Una prueba que trata de evitar conflictos de intereses y en la que debe quedar constancia de que no han sido condenados “por delito doloso muy grave, ni por faltas penales que supongan violación” del código ético de la organización.

Este test de integridad descartó al liberiano Musa Hassan Bility, que en 2013 fue suspendido seis meses por estar en posesión de documentos confidenciales de la Confederación Africana, y al presidente de la UEFA, Michel Platini, inhabilitado durante ocho años, que han quedado en seis tras apelar aunque su intención ahora es recurrir al TAS.

El trono que deja libre tras 17 años Joseph Blatter, forzado por su inhabilitación, finalmentetambién rebajada de ocho a seis años, y una investigación por corrupción que ha llevado ante los tribunales estadounidenses y suizos a 16 altos cargos y dirigentes de la FIFA, ha abierto unas expectativas de cambio que ha atraído a miembros de la realeza árabe (Al Khalifa y Al Hussein), un exsecretario adjunto de la FIFA (Champagne), al delfín de Platini en la UEFA (Infantino) -que entró en la carrera tras la inhabilitación del francés-, y a un millonario empresario sudafricano con un relevante pasado en la lucha contra la segregación racial (Sexwale).

El jeque árabe Salman Bin Ebrahim Al Khalifa, miembro de la familia real de Baréin y presidente de la AFC, llega a las horas finales como el principal favorito, pero el mismo sistema electoral posibilita las sorpresas.

Por segunda vez en nueve meses, los 209 miembros de la FIFA están llamados a urnas en una elección en la que cada federación tiene un voto y éste es secreto; dos aspectos decisivos.

En primer lugar, porque el voto de Europa y Sudamérica no suma más que el 30 por ciento del fútbol mundial.

Hasta ahora, los gigantes del fútbol -que acumulan todos los títulos mundiales- habían copado la dirigencia (7 europeos y el brasileño Joao Havelange en más de un siglo), pero ahora la situación es más compleja.

UEFA y Conmebol no cuentan más que con 63 votos (53+10) del total de 209, por lo que el candidato favorito de ambos, Gianni Infantino, está obligado a recabar más apoyos.

Además, al ser un sufragio secreto está expuesto al “factor humano”, a cambios de opinión de última hora. Pese a que cada Confederación ha “recomendado” con más o menos énfasis el voto en bloque para un candidato, esto no obliga a cada presidente de federación, que puede no atender a esos mandatos.

Se llega al caso de que uno de los candidatos, el jordano Alí bin Al Hussein, pidió infructuosamente al TAS la suspensión de las elecciones porque la FIFA no ha admitido que las cabinas electorales sean transparentes.

Teme el príncipe jordano que las confederaciones hayan pedido una prueba de fidelidad a sus miembros y estos tomen una imagen de su papeleta antes de votar. Lo que ha obligado a la FIFA a imponer que los presidentes dejen sus móviles fuera de las cabinas.

En principio, Al Khalifa cuenta con los 46 votos de Asia y, se supone, que todo África (54), puesto que la Confederación Africana pidió el voto en bloque para él, tres semanas después de firmar un memorando de colaboración (e inversión) con ellos para los cuatro próximos años. Sus 100 votos en total, le dejarían a sólo cinco de la elección, que podría obtener de Oceanía (11 votos).

Pero no está tan clara la disciplina de voto en África, porque Infantino se ha volcado con ese continente. Ha prometido un secretario general africano, cerró su campaña en Robben Island -donde estuvo encarcelado Nelson Mandela- y asegura tener comprometidos la mitad de los apoyos.

El secretario general de la UEFA sabe que los votos que le reste en África a Al Khalifa valen su peso en oro, porque también se ha ganado las simpatías de la CONCACAF (Norte, Centroamérica y el Caribe), donde 11 de sus 35 miembros le han mostrado un apoyo explícito.

Tras ellos, Al Hussein figura como el tercero y posible sorpresa. El príncipe, hijo del rey Hussein y sobrino del actual monarca jordano, es el único que cuenta con una experiencia previa, puesto que optó al cargo en las anteriores elecciones y se retiró tras la primera votación, en la que logró 73 votos por 133 de Blatter.

Según Musa Hassan Bility, el “no candidato” liberiano, 26 federaciones africanas son partidarias de votarle, pese a que el recurso ante el TAS, pidiendo la anulación de los comicios ha parecido un movimiento a la desesperada.

El diplomático francés Jerome Champagne, que se presenta como el único “independiente” capaz de romper con el pasado, y el sudafricano Tokyo Sexwale, que no cuenta ni con el apoyo de su confederación y ha hablado de posibles pactos, no entran en los pronósticos.

El sistema electoral

Antes de la elección, cada candidato tiene 15 minutos para dirigirse al Congreso.

Total de votos 209. Distribución: Confederación Africana (54), UEFA (53), Confederación Asiática (46), CONCACAF (35), Oceanía (11), Conmebol (10).

El voto es individual y secreto

Para elegir al Presidente de la FIFA, serán necesarios dos tercios de los votos de las asociaciones miembro de la FIFA presentes y con derecho a voto emitidos en la primera vuelta.Se eliminará después de cada votación a quien obtenga el menor número de votos, continuando hasta que no haya más que dos candidatos. En la última votación, basta la mayoría simple.

Inmediatamente después de la elección, el presidente electo deberá manifestar si acepta el resultado de la elección. En caso afirmativo, su mandato comenzará a la conclusión del Congreso en el que ha sido elegido.

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