Los astrónomos Michael Brown y Konstantin Batygin, del Instituto de Tecnología de California-Caltech (Pasadena, EE.UU.), anunciaban hace un mes los resultados de unos cálculos matemáticos que sugerían la existencia de un nuevo planeta gigante en los confines del Sistema Solar. Se trataría del noveno planeta del grupo al que pertenece la Tierra, el famoso Planeta X que, hasta ahora, tenía más de leyenda que de posibilidad científica. Según su teoría, el misterioso mundo, que no ha sido visto directamente, gira alrededor del Sol una vez cada 15.000 años. Su existencia es deducida a partir de las órbitas de una serie de planetas enanos y otros objetos descubiertos recientemente, supuestamente perturbadas por el enigmático planeta.
En efecto, los objetos en el Cinturón de Kuiper, pequeños cuerpos similares a Plutón situados más allá de Neptuno, tienen una distribución particular que es difícil de explicar por casualidad. Los investigadores determinaron la órbita del supuesto planeta, que debe ser muy excéntrica e inclinada, pero no limitaron la posición actual, lo que no facilita la tarea de los observadores que tratan de buscarlo en el firmamento.
Ahora, astrónomos franceses han logrado descifrar las posibles posiciones de ese noveno planeta en el Sistema Solar. Agnes Fienga, astrónomo del Observatorio de la Costa Azul; Jacques Laskar, director de investigación del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS), y su equipo han desarrollado una técnica para calcular el movimiento de los planetas en el Sistema Solar con gran precisión. En particular, a partir de datos de la nave espacial Cassini, la distancia entre la Tierra y Saturno se conoce con una incertidumbre de solo unos 100 m. Los investigadores han tenido la idea de utilizar esos datos para probar la posibilidad de añadir un noveno planeta al conjunto, como fue propuesto por Batygin y Brown.
En el estudio, publicado en la revista Astronomy & Astrophysics Letters, el equipo francés muestra que, dependiendo de la posición del planeta en su perihelio (el punto de su órbita más cercano al Sol), este mundo induce alteraciones en la órbita de Saturno que se pueden detectar mediante el análisis de los datos de la Cassini, en órbita alrededor de Saturno desde 2004.
El lugar donde puede estar
Los investigadores fueron capaces de calcular este efecto inducido por el noveno planeta comparando los datos de la Cassini. Para las direcciones relativas al perihelio menores de 85º o por encima de -65º, las perturbaciones inducidas por el noveno planeta son incompatibles con las distancias observadas por la nave espacial. Lo mismo ocurre para las direcciones entre -130º y -100º. Este resultado permite excluir la mitad de los lugares en los que el planeta se puede encontrar.
Sin embargo, parece que para ciertas direcciones la adición del noveno planeta resulta adecuada. Esto hace plausible su presencia en un rango entre 108º y 129º con respecto al perihelio, con una probabilidad máxima para 118º.
La existencia de un noveno planeta sólo puede ser confirmada por la observación directa, pero el equipo francés cree que restringir posibles direcciones de la investigación puede facilitar la búsqueda a los astrónomos.