NUEVA YORK. Meghan Markle está a punto de unirse a un grupo selecto. Además de casarse el 19 de mayo con el príncipe Enrique de Inglaterra, la actriz pasará a ser una de apenas un puñado de estadunidenses que se han convertido en princesas alrededor del mundo.
A continuación algunas de sus predecesoras:
LA REINA QUE NUNCA FUE
Bessie Wallis Warfield Simpson era una dama de sociedad de Baltimore dos veces divorciada cuyo romance con el rey Eduardo VIII desató una crisis constitucional para la monarquía británica en la década de 1930.
Se conocieron cuando él todavía era el príncipe de Gales, aunque en una enredada red que involucró a una de sus amantes. Se casaron casi tres años después, ¡pero qué años! Eduardo se enamoró al punto de convertirse en el primer monarca británico que renunció voluntariamente al trono, el 10 de diciembre de 1936, antes de que el segundo divorcio de ella quedara formalizado y a menos de un año de su reinado. La situación marital de ella y el papel de él como jefe de la Iglesia de Inglaterra eran infranqueables en aquel entonces.
Ambos se convirtieron en el duque y la duquesa de Windsor tras casarse el 3 de junio de 1937, exiliándose en Francia y otros lugares. Eduardo sí desempeñó algunas tareas oficiales, durante la Segunda Guerra Mundial como gobernador de las Bahamas, por ejemplo. Una visita a Alemania y una foto con Adolfo Hitler causaron indignación por ser simpatizantes de los nazis.
En una entrevista en 1969 con la BBC, si se arrepentía de algo en su vida, en retrospectiva.
Ella contestó: “Ay, de ciertas cosas sí. Desearía que pudiera ser diferente, pero estoy extremadamente feliz, y naturalmente hemos tenido algunos momentos difíciles, ¿pero quién no? Uno simplemente tiene que aprender a vivir con eso”.
El historiador Andrew Morton, en su reciente libro Wallis in Love, presenta a la duquesa como abusiva e indiferente con su esposo a principios de la década de 1950. Criticó como demasiado salado el caviar Beluga que Eduardo le llevó al hospital en 1951 mientras se recuperaba de una histerectomía, ahuyentándolo. Un conocido de Windsor la llamó “grosera, odiosa y rara”.
Ambos permanecieron unidos hasta la muerte de él en 1972, a los 77 años. Simpson falleció en 1986, a los 89.
LA CUÑADA DE JFK
Jacqueline Kennedy Onassis tenía una hermana menor, Caroline Lee Bouvier, nacida en el seno de la elegante familia de Southampton, Nueva York. Vivió por años a la sombra de Jackie, aunque algunos la consideraban la “más bonita” y vivaz de las dos.
El año antes de que John F. Kennedy anunciara su candidatura a la presidencia estadunidense, Lee se casó por segunda ocasión, con el príncipe polaco Stanislaw Albrecht Radziwill, el 19 de marzo de 1959. Era el tercer matrimonio de él. La pareja, que tuvo dos hijos, se divorció en 1974 tras 15 años de matrimonio.
Fue Lee quien le presentó a Jackie a Aristotle Onassis, en 1963. A lo largo de los años se ha rumorado que el matrimonio de Jackie con Ari tras el asesinato de Kennedy enfureció a Lee, quien llegó a casarse y divorciarse una tercera vez.
Lee, de 85 años, ha probado suerte en una variedad de oficios: actuación, diseño de interiores, relaciones públicas. La socialité ha disfrutado la compañía de celebridades, incluidos los Rolling Stones y Truman Capote. Divide su tiempo entre Nueva York y París, tras haber vivido en Londres con su príncipe.
Caroline Bouvier Kennedy es tocaya de Lee.
LA PRINCESA GRACE DE MÓNACO
La actriz Grace Kelly, rubia y popular, era una de las estrellas más grandes del mundo cuando fue conquistada por el príncipe Rainier III de Mónaco en 1956. Dejó la actuación a los 26 años para convertirse en princesa, levantando campamento en el pequeño y acaudalado principado mediterráneo en la Riviera.
Decir que la unión ese 19 de abril suscitó interés es poco. Fue una de esas bodas del siglo. Alfred Hitchcock, uno de los directores de Kelly, dijo que estaba “muy feliz de que Grace haya conseguido un papel tan bueno”, según reportes.
Kelly se fue acompañada de familiares, madrinas, un caniche y más de 80 piezas de equipaje cuando partió a Mónaco a bordo del SS Constitution. Miles acudieron a despedirla, y miles más la recibieron en las calles de Mónaco ocho días después.
Hitchcock y otros directores invitaron a Kelly a actuar después de la boda, pero la princesa declinó sus ofertas.
El 13 de septiembre de 1982 sufrió un derrame cerebral y perdió el control de su auto en un camino empinado y sinuoso mientras conducía con su hija menor, Estefanía, de regreso a Mónaco de su casa de campo. El auto cayó por una ladera de más de 36 metros (120 pies). Estefanía sufrió lesiones. Kelly murió más tarde en el hospital. Tenía 52 años.
La pareja real tuvo otros dos hijos: la princesa Carolina, la mayor de los tres, y el príncipe Alberto.
LA PRIMERA REALEZA DE HOLLYWOOD
Rita Hayworth era una reina de la pantalla en la década de 1940, y un ídolo de calendarios para las tropas durante la Segunda Guerra Mundial. Estuvo dos veces casada antes (una de ellas con Orson Welles) y dejó Hollywood atrás para unirse al príncipe Ali Salman Aga Khan, o Aly Khan, hijo del sultán Mahommed Shah, líder de la secta de Ismaili de islam chiíta.
La pareja se casó en Cannes, Francia, el 27 de mayo de 1949. Aunque ella tenía poco interés en las carreras hípicas en las que participaba la familia real, llegó a ganar varias carreras en Francia con una yegua joven llamada Double Rose.
Las cosas comenzaron a desenmarañarse en 1951, o así cuenta la historia, cuando Khan fue visto bailando con la actriz Joan Fontaine en el club nocturno donde él y Hayworth se conocieron. Hayworth presentó una solicitud de divorcio en Nevada ese septiembre, citando “crueldad extrema, completamente de naturaleza psicológica”. A esto le siguió una batalla por la custodia de su hija, Yasmin Aga Khan, enfocada en religión: Hayworth quería criar a la niña como cristiana mientras que el príncipe le ofreció un millón de dólares para criarla como musulmana y permitirle realizar visitas extensas a Europa.
Hayworth rechazó la oferta explicando que respetaba todas las creencias pero que deseaba que su hija “crezca como una niña americana normal y saludable bajo la fe cristiana”. La actriz finalmente obtuvo el divorcio en enero de 1953.
Murió en 1987, a los 68 años, de complicaciones de Alzheimer.