jueves, noviembre 21, 2024

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Vladimir Putin enfrenta un sexenio lleno de retos para sacar de la pobreza a Rusia

MOSCÚ.- Vladimir Putin juró ayer como presidente de Rusia por otros seis años, en medio de un fuerte respaldo popular que se ve opacado por una costosa confrontación con Occidente, una economía frágil e incertidumbre respecto a lo que sucederá cuando su mandato finalice.

La gala fue digna de una ceremonia imperial. Después de que, de manera teatral, se mostrara su salida del Kremlin y se dirigiera al salón Andreyevsky del Gran Palacio en una nueva limusina negra, diseñada por el Instituto Central de Investigación Científica del Automóvil y fabricada completamente en Rusia, sustitiyendo los autos Mercedes Benz utilizados en los tres mandatos presidenciales anteriores.

En el deslumbrante salón Andreyevsky del Gran Palacio del Kremlin, custodiado por soldados engalanados, se reunieron alrededor de seis mil personas. El diario sensacionalista Moskowski Komsomolez dijo que sólo faltó la unción para que la toma de posesión fuese como la coronación de un zar. Foto: AFP

De pie en el salón con su mano sobre un ejemplar dorado de la Constitución rusa, Putin juró trabajar por el pueblo ruso, defender sus derechos y libertades y proteger la soberanía del país.

Soy particularmente consciente de mi responsabilidad colosal ante cada uno de ustedes, ante Rusia.

Haré todo lo posible para aumentar el poder, la prosperidad y la gloria de Rusia”, aseguró el Presidente durante la ceremonia y agregó: “Considero mi deber y el sentido de mi vida hacer todo por Rusia, por su presente y futuro, de paz y progreso; por cuidar de nuestro gran pueblo y de su desarrollo, por el bienestar en cada familia”.

También aseguró que: “Ahora, debemos usar todas las posibilidades existentes, en primer lugar para resolver las tareas internas urgentes de desarrollo, para avances económicos y tecnológicos, para aumentar la competitividad en aquellas esferas que determinan el futuro”.

El político de 65 años, quien dirige desde hace 18 años el país más grande del planeta, se alzó con la victoria en las elecciones presidenciales celebradas el pasado marzo con un récord de apoyo de casi el 77 por ciento de los votos, tras labrarse una reputación de garante de la estabilidad del país.

REPITE LA DUPLA

Más de seis mil invitados, entre ellos ministros del gobierno saliente, diputados y senadores, miembros del cuerpo diplomático, autoridades civiles, eclesiásticas y militares, asistieron a la ceremonia.

Entre ellos, el primer ministro, Dmitri Medvédev, que tras presentar su dimisión con todo el Ejecutivo como marca la Constitución, fue de nuevo propuesto por Putin para encabezar el gobierno y cuya candidatura será aprobada hoy, sin duda, por la Duma (cámara baja del Parlamento), controlada por el partido oficialista Rusia Unida.

De esta manera, se mantendrá por otros seis años el tándem que ha dirigido el país la última década, desde el periodo 2008-2012 en el que Medvédev ostentó el cargo de Presidente y Putin el de jefe de Gobierno, antes de intercambiarse los roles.

Putin estará al frente de la Presidencia seis años más, hasta 2024. No ha manifestado hasta ahora sus intenciones para la época posterior y los expertos tampoco tienen una opinión unánime sobre qué hará.

LAS TENSIONES

La toma de posesión del mandatario se vio ensombrecida por la violencia empleada por la policía rusa para dispersar el sábado las manifestaciones de los opositores gubernamentales.

En todo el país fueron detenidos unos mil 600 de sus seguidores, aunque la mayoría fueron luego puestos en libertad. Según el portal de derechos civiles OVD-Info, decenas de manifestantes seguían ayer bajo custodia de la policía.

Con información de AFP, AP, EFE, DPA y Reuters

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