sábado, noviembre 23, 2024

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Mara Pérez, una transexual en el gobierno conservador de Macri

Hija de campesinos y ‘activista’ a la temprana edad de 11 años, Mara Pérez Reynoso ha logrado a sus 26 años convertirse en la primera funcionaria transexual de un Gobierno en Argentina. El nombramiento ha llegado de la mano del gabinete conservador de Mauricio Macri, que lleva apenas un mes y medio en el poder.

Su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha designado a la joven líder transexual como coordinadora nacional de Diversidad de su departamento. “Es un sueño hecho realidad que una persona transexual obtenga un trabajo digno”, fue una de las primeras reacciones de Mara, que desde hace días tiene mando en uno de los ministerios con más uniformados por metro cuadrado.

Su sueño comenzó hace ya varios años, cuando se afilió al PRO (Propuesta Republicana), la formación política que fundó Macri hace poco más de una década. En el partido de corte conservador, Pérez Reynoso ha llegado a ser vicepresidenta del área de Diversidad, un puesto desde el que comenzó a trabajar con la ahora ministra Bullrich, una de las diputadas más activas del ‘macrismo’ en la pasada legislatura. Previamente, Mara ya había militado en el ARI (Afirmación para una República de Iguales), el primer partido de la dirigente política Elisa Carrió, ahora aliada de Macri.

Mara pertenece a una generación de líderes que se han formado en pleno auge de las redes sociales. Ella, por su juventud y como buena comunicadora, ha explotado todo lo que ha podido esa ventana de promoción política. Con cerca de 3.000 seguidores en Twitter, esa red social le sirve a Pérez Reynoso para transmitir a sus seguidores sus apariciones en prensa y su trayectoria en la gestión pública. Una plataforma que, al igual que Facebook, Mara utiliza en un tono muy político y muy poco personal. Apenas hay referencias en ella a sus aficiones o amistades y sí muchas a su posicionamiento político, claramente identificado con el partido conservador en el que milita y con muchas alusiones antikirchneristas.

A la ex presidenta Cristina Kirchner le llegó a reprochar en diciembre su rifirrafe con Macri por una supuesta actitud machista del entonces presidente electo hacia la líder peronista.

La activista social se involucró de lleno en la marcha contra la violencia de género que bajo el lema ‘Ni una menos’ se realizó en la capital argentina el año pasado y ha denunciado en las redes sociales los ataques violentos que sufren los homosexuales y transexuales allí.

La primera trans en ocupar un cargo en el Gobierno, como ella misma destaca en su Twitter, no esconde una realidad: la marginación que todavía sufren en la sociedad argentina los homosexuales y los transexuales. “Vencer los obstáculos me ha costado más porque vengo de un pueblo del interior con una sociedad cerrada. Si dijera que fue fácil estaría mintiendo (…), pero el haber empezado a militar a los 11 años hace que ame la política”, ha declarado a la prensa local. Ese pueblo del interior se llama Lincoln, una localidad del noroeste de la provincia de Buenos Aires, célebre por su carnaval. Un pueblo que muy pronto se le quedó pequeño.

Contra los subsidios

Ella se confiesa católica y liberal. Y ante todo, firme defensora de la igualdad de género. Tanto ha peleado por esa igualdad -también desde su profesión de comunicadora social- que hace poco más de un año, y ya como asesora de la entonces diputada Bullrich en el Parlamento, se opuso a un proyecto de ley kirchnerista que contemplaba un subsidio universal para todos los ciudadanos transexuales: “El subsidio acaba con la cultura del trabajo y supone una discriminación tapada con plata. Es muy estigmatizante y además genera bronca entre la gente que tiene tan complicado conseguir trabajo y llegar a fin de mes”, clamó ante los micrófonos del popular periodista Nelson Castro.

Mara, que suele salir a pasear con una de sus más fieles compañeras, su perrita Pepa, no oculta que se enfrenta al desafío de impulsar esa igualdad de género en una sociedad machista en la que la violencia de género acaba con la vida de una mujer cada 30 horas.

La nueva funcionaria ocupará un puesto clave en uno de los ministerios más sensibles del Gobierno. Junto a ella, la ministra Bullrich ha querido rodearse también de otros referentes sociales como Daniel Barberis, presidente del Instituto Latinoamericano para la Paz y la Ciudadanía y Carolina Barone, coordinadora nacional en materia de género. De los tres, Mara, sin duda, es la que más atención ha suscitado en los medios. Tanto es así que estos días parece más ocupada que el propio presidente del Gobierno.

Su nombramiento ha sido aplaudido por un amplio espectro de sectores sociales pero quizá la respuesta más esperada era la de la Federación Argentina de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Trans (FAGLBT). Para su vicepresidente, Esteban Paulón, la designación de Mara al frente del área de Diversidad es una oportunidad más para dar visibilidad al colectivo. En diálogo con El Mundo, Paulón recuerda que ya en 2005 hubo dos líderes del movimiento transexual en cargos públicos, aunque de menor envergadura que el de Pérez Reynoso.

“Conocemos a Mara por su labor en Diversidad en el PRO, es una referente de las juventudes de ese partido, pero no cuenta con trayectoria como activista en el movimiento. Tenemos que ver cómo se desempeña ahora, no queremos prejuzgar. Que haya una funcionaria transexual en el Gobierno es una decisión política que destacamos, pero ser transexual no garantiza nada“, comenta Paulón, para quien el reto de Mara es lograr avances en asuntos delicados, como la discriminación por cuestión de identidad de género o la violencia policial en ese ámbito. Si lo consigue o no, el tiempo lo dirá. De momento, Mara ha cumplido parte de su sueño.

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