El Vaticano anunció que el papa Francisco elevará a los altares al arzobispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, mártir, y al papa Pablo VI en una ceremonia el 14 de octubre.
La ceremonia coincidirá con una importante reunión sobre la juventud para dar energía a la Iglesia.
El Papa certificó los milagros atribuidos a Romero y Pablo VI, lo que allanó el camino a la canonización.
Romero fue abatido por un comando de ultraderecha el 24 de marzo de 1980 cuando oficiaba la misa. La dictadura militar salvadoreña se oponía enérgicamente a la prédica de Romero contra la represión de los pobres al inicio de la guerra civil, que se prolongó hasta 1992.
En sus mensajes, Romero denunciaba todas las injusticias de aquel entonces y defendía a los más pobres y desprotegidos, lo que le costó la vida previo al estallido de la guerra civil (1980-1992)
Pablo VI, quien dirigió la Iglesia Católica Romana desde 1963 hasta su muerte en 1978, será el tercer papa que Francisco convierte en santo después de Juan XXIII y Juan Pablo II.
El fallecido pontífice Pablo VI es conocido por su controvertida encíclica Humane Vitae (De la vida humana), que incluyó la prohibición de la Iglesia al control artificial de la natalidad.
Junto a ellos serán elevados a los altares los curas italianos Francesco Spinelli y Vincenzo Romano, la religiosa alemana Maria Caterina Kasper y la española Nazaria Ignacia March Mesa.
El rito tendrá lugar durante el Sínodo de Obispos, la asamblea de prelados llegados de todo el mundo al Vaticano y que este año abordará temas relativos a la juventud desde el 3 hasta el 28 de octubre.
Júbilo en El Salvador
El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, celebró el anuncio de que monseñor Óscar Arnulfo Romero será canonizado el próximo 14 de octubre en Roma y agradeció al papa Francisco por el “amor manifestado” al legado del religioso.
Con inmensa alegría recibimos hoy el anuncio de la canonización de nuestro beato Óscar Arnulfo Romero, mártir y profeta entregado a su pueblo, que abogó por la justicia y la igualdad”, sostuvo el mandatario.
El jefe de Estado salvadoreño también agradeció a Francisco “por el amor manifestado hacia la figura y obra” de Romero y por “hacer realidad el sueño de toda una nación de verlo convertido en santo”.
Monseñor Romero cumplió de manera ejemplar su compromiso con los más humildes y desprotegidos, y se convirtió en el defensor de sus derechos, sin importar el inminente riesgo y sufrimiento de martirio”, acotó Sánchez Cerén.