San Pedro Sula.- La máxima expresión del estilo romántico resplandeció el día que esta pareja se casó en un espacio cargado de encanto, a orillas de un idílico lago localizado en el complejo Hacienda Tara, una reserva natural localizada en el corazón de la ciudad. Su historia de amor inicio 4 años atrás cuando ambos se conocieron en un evento juvenil, donde Mónica realizó una entrevista para la radio cristiana en la cual laboraba, y el entrevistado fue -por esos designios del destino- Héctor, quien era el guitarrista de la presentación. Y, aunque ella no se mostró interesada al comienzo, él se lanzó en su “plan de conquista” para iniciar un sólido noviazgo 2 años después…noviazgo que culminó en una auténtica pedida de mano un 29 de diciembre.
Y así, la pareja puso fecha a su mágico enlace matrimonial en una celebración increíble de estilo campestre con toques llenos de romanticismo vintage. Desde muy temprano, la novia y su cortejo de damas iniciaron los preparativos de su gran aparición en escena, logrando imágenes fabulosas backstage gracias al talento fotográfico de Manuel Chinchilla, que retrató los instantes más emotivos fuera del escenario nupcial.
Todo empezó con una ceremonia al aire libre, ambientada con música en directo de la mano de un dúo de violín y piano. Solo al llegar, los invitados pudieron admirar la espectacular decoración que predominó durante todo el enlace, como los mensajes de amor grabados en madera que escoltaron a los novios hacia al altar. En él había un precioso arco de flores silvestres en tonos rojos, fucsias y blancos, acordes con el ramo de la novia.
Tras un íntimo e inolvidable first look, en el que ambos se descubrieron como novios, se juraron amor eterno al lado del maravilloso lago del enclave y bajo frondosos árboles que crearon una atmósfera mágica entre el entorno natural. Sus invitados, acomodados en sillas de ratán, sucumbieron tanto con la entrada de Héctor como con la de Mónica, precedida de pajecitos que anunciaban su llegada con hermosos mensajes.
Convertidos en marido y mujer, luego de tomarse de la mano y caminar juntos, se dedicaron una sesión de fotos enmarcadas, principalmente, en la belleza del paisaje y las miradas de complicidad de compartieron mutuamente. Tras el refrigerio se dirigieron a la zona del banquete. Esta presumía de mesas impecables con delicados elementos vintage, caminos de flores y velas. Es indiscutible que la decoración de este “sí, quiero” atendió a absolutamente todos los detalles.
Y, como colofón final, para terminar de rendir homenaje a su historia y a su futuro compartido, tuvo lugar el corte de la tarta. Fue espectacular, al ritmo de la música, una suelta de globos con los mejores deseos de todos los presentes y el amor que reflejaron los novios en todo momento ¡Mágico! Así, y cuando todos pensaban que la velada nupcial había finalizado, por iniciativa del padre del novio empezó de nuevo la fiesta que se trasladó al salón Trujillo del Hotel y Club Copantl, alargándose hasta altas horas ¡No faltó de nada!
El equipo de Farah La Revista, de la mano con el talento de Manuel Chinchilla, fue el encargado de captar cada uno de los magníficos instantes del gran día de esta pareja de enamorados. Entre ellos, el momento que sorprendió a los novios con la fiesta postboda en la casa hotelera, ya que las familias consideraron oportuno continuar la celebración con un tinte más íntimo y familiar en la boda de Héctor Sabillón y Mónica Cristina Pineda…un enlace de inspiración vintage ¡único!
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: Manuel Chinchilla y Samuel Romero