Miles de migrantes hondureños avanzan este domingo por México hacia Estados Unidos, desafiando la advertencia del presidente Donald Trump de hacer todo para “detener la embestida” en la frontera sur.
La caravana recorrió más de 700 km desde la hondureña San Pedro Sula, de donde partieron el 13 de octubre, y muchos de ellos ya están en Tapachula, una pequeña ciudad de poco más de 300.000 habitantes en el sureño estado mexicano de Chiapas. Entre los migrantes se cuentan muchas mujeres con sus bebés y niños.
La mayor parte de la caravana migrante, integrada al comienzo por más de 4.000 personas según los organizadores, logró cruzar ilegalmente el río fronterizo entre Guatemala y México y evadir la vigilancia de cientos de policías mexicanos sobre el puente internacional, por donde solo se permite el paso a mujeres y niños.
El grupo que avanza en México -custodiado por helicópteros y la policía- está conformado por unas 3.000 personas, según cálculos de la AFP y organizadores. Unos 1000 quedaron atrás: algunos decidieron esperar en la frontera para ingresar legalmente a México y otros desertaron debido al temor o al cansancio.
“Nadie nos va a detener, si ya nos aventamos al río y ya hicimos de todo para llegar hasta acá, no nos detienen”, dijo Aarón Juárez, de 21 años, un taxista hondureño que caminaba con dificultad debido a las llagas en sus pies junto a su esposa y su bebé de meses hacia Estados Unidos, su destino final. Si llegan habrán recorrido al menos 3.000 km a pie.
– “Detener la embestida”-
El presidente estadounidense aseguró que está haciendo todo lo posible para “detener la embestida de migrantes ilegales a nuestra frontera sur”. “Esas personas deben primero solicitar asilo en México, y si no lo hacen Estados Unidos los rechazará”, escribió el mandatario en Twitter.
“Debo pedir, en los términos más enérgicos, a México que frene esta embestida, y si no es capaz de hacerlo llamaré al ejército estadounidense y CERRARÉ NUESTRA FRONTERA SUR“, había advertido el jueves el presidente.
La caravana ha sido fuertemente criticada por Trump, quien ha amenazado a Guatemala, Honduras y El Salvador con quitarles la ayuda financiera si no contienen la migración ilegal.
“Esto no es una migración normal, es un éxodo (…) Es gente que no está dispuesta a volver a su país”, afirmó Rodrigo Abeja, de la organización Pueblos Sin Frontera.
Honduras es uno de los países más violentos del mundo, con una de tasa de homicidios de 43 por cada 100.000 habitantes, superando ampliamente el promedio mundial de un país sin guerra. Siete de cada diez hondureños viven en la pobreza, según el Banco Mundial.
– “No hay futuro” en Honduras –
Un grupo más reducido permanecía varado en el puente internacional fronterizo esperando ingresar legalmente a México, aunque el acceso era a cuentagotas y dando prioridad a mujeres y niños. Un centenar de ellos entonaba cánticos cristianos para levantar el ánimo.
“Aquí voy a seguir esperando, no hay futuro para nosotros en Honduras”, dijo a la AFP Selvis Rivas, de 41 años quien espera conseguir asilo con su hijo de 16.
Cinco mujeres, ubicadas primeras en la fila para pasar al lado mexicano, responden “¡No!” a coro cuando se les pregunta si quieren regresar a Honduras.
Gobernación de México informó el sábado que ya recibió 640 solicitudes de refugio en el paso fronterizo.
El gobierno hondureño acusó a la oposición política de convocar a la caravana para provocar ‘ingobernabilidad’ en el país. La canciller María Agüero mencionó como instigador a Bartolo Fuentes, exdiputado del partido Libertad y Refundación (Libre), coordinado por el expresidente y líder de la izquierda hondureña, Manuel Zelaya.
Pero Fuentes aseguró a la AFP que lo que hizo fue reproducir en su facebook un afiche –que no sabe quién divulgó en varias redes sociales–, invitando a la “Caminata del migrante” con un slogan: “No nos vamos porque queremos, nos expulsan la violencia y la pobreza”.
Con información de AFP