Cinco lesiones en el sóleo izquierdo minaron su continuidad en el Real Madrid durante dos años y medio. En enero fue el sóleo derecho el que le traicionó. El miedo de Bale a romperse en la zurda significó que cargara trabajo en la derecha. Y también cayó en combate. Se produjo frente al Sporting, el 17 de enero. Su masa muscular es enorme y sus esfuerzos máximos los paga caro. Esta vez se recuperó con serenidad, sin prisas, para volver al fútbol totalmente repuesto. Lo demostró frente al Celta. El Madrid prepara fichajes para la próxima campaña y Bale jugará a su lado como segundo estandarte, detrás de Cristiano. El británico ha dicho que seguirá en el Real Madrid.
El galés salió en el segundo tiempo y no parecía que hubiera faltado durante 48 días. Corrió con su zancada espectacular, se escapó por piernas de la defensa celtiña, superada, y marcó un golazo en un disparo cruzado y colocado.
El Madrid recupera a un extremo necesario en la fase determinante de la temporada. Vuelve fresco, descansado, para aportar su rapidez, su disparo y su cabezazo en un equipo que falla si Cristiano no está fino un día.
Zidane ha echado de menos a Bale en las visitas al Betis, el Granada y el Málaga. Los blancos se dejaron dos puntos en el Villamarín y otros dos en La Rosaleda. El equipo de Zidane jugó de manera previsible en esas tres salidas, falto de la velocidad en ataque que el británico inyecta. Ahora, Bale está disponible. La afición le aplaudió cuando salió a calentar. Reconoce su valía. Vive su mejor temporada, se lesionó en plena forma y ha querido retornar al mismo nivel físico. Así fue. Florentino Pérez también respira al recuperar a una de sus estrellas.