San Pedro Sula.- Con trece años de amor a sus espaldas y enamorados como el primer día, Carlos y Lorraine rindieron homenaje a su bonita historia de amor con un enlace de inspiración canadiense en su esencia más pura: muchas emociones y fiesta, en un entorno tan elegante como idílico.
Fue un largo noviazgo que permitió que de esta forma fueran creciendo y compartiendo momentos, salidas, viajes, noches y amaneceres… Con la sinceridad, la comprensión y el respeto por bandera –haciendo de ellos auténticos cómplices–, construyeron miles de recuerdos inolvidables de la mano. Es por eso que ninguno de los dos dudaba en pasar el resto de su vida al lado del otro ¡y lo cumplieron!
Decidieron pasar por el altar de la iglesia Nuestra Señora de Suyapa y ver caer la noche entre bailes durante su fiesta postboda. Así, ante sus seres queridos, ¡se casaron! Ella, espectacular con su atuendo, llegó a la ceremonia del brazo de su tío y, como era de esperar, Carlos se emocionó especialmente.
La ceremonia fue oficiada por el padre Fernando Ibañez e incluyó las intervenciones familiares, el intercambio de las alianzas y votos matrimoniales. ¡Emocionante! A continuación, los novios decidieron tomarse unas primeras fotos en familia, aprovechando la belleza del entorno y el encanto absoluto de la decoración –una estructura cubierta de follaje y flores en rosas y verdes, que envolvió la atmósfera en el sutil encanto del especial acontecimiento nupcial.
Celebraron su unión en los salones Jerusalén del Club Hondureño Árabe, disponiendo de la completa planeación y montaje de DG Wedding, quien hizo de la velada el mejor de los recuerdos para los novios…ellos ingresaron al recinto minutos después de la sesión fotográfica para Farah La Revista.
Enlazaron sus corazones en una fiesta postboda llena de simbolismos culturales, pues ambos residen en Canadá desde hace un buen tiempo. Gracias a una mezcla exquisita de elementos y romanticismo, lograron salpicar su mágica celebración de brillo y alegría con el especial show canadiense que despuntó llegando la media noche. Equilibrio, armonía y delicadeza fue la propuesta decorativa pensada al detalle por Bonsai.
Los novios, por su parte, lucieron increíbles. Lorraine apostó por un vestido de Stella York, el ideal para una boda elegante de estas características ¡absolutamente mágico!…su look cautivó por completo. En cuanto al cabello, se decantó por su melena suelta y estilizada por Juan Carlos Salazar. A todo ello se sumó el precioso bouquet de rosas nude y el maquillaje que esculpió en su hermosas facciones Lizeth Pavón.
Carlos, fiel a su estilo, eligió un smoking oscuro de la firma CK, de solapas asedadas, conjuntado con camisa blanca de etiqueta, chaleco negro, zapatos acordonados marrones, y boutonnière a juego con la apuesta floral decorativa ¡También muy él!
Farah La Revista fue el equipo elegido por esta pareja de enamorados para conservar en imágenes un recuerdo que permanecerá impasible en sus corazones y en el de todos sus selectos invitados ¡para siempre! El encanto de su gran noche y todo lo que transmiten las fotografías resulta verdaderamente palpable en la crónica de bodas de Lorraine Johanna Oyuela Barahona y Carlos Fabricio Escoto… una velada de inspiración canadiense ¡Eh!
Por: Dayana Ortíz
Fotografías: ElDiarioHN