KABUL. Muerte, dolor y desolación deja el estallido de un camión bomba en el barrio diplomático de Kabul.
Casi 80 personas murieron y más de 300 resultaron heridas en el atentado. El resultado puede agravarse, ya que todavía se siguen extrayendo cuerpos de entre los escombros.
La explosión surgió cerca de un retén de control en el camino hacia el palacio presidencial y en donde se encuentran varias embajadas. En la zona del ataque se podía ver una espesa columna de humo negro.
La bomba fue accionada por un atacante suicida a bordo de un vehículo “repleto de explosivos”, en la plaza Zanbaq, en el décimo distrito de Kabul.
El estallido se produjo a un centenar de metros de la embajada india, declaró el embajador Manpreet Vohra, precisando que ningún miembro del personal figuraba entre las víctimas.
“La explosión fue muy fuerte y los edificios de los alrededores, el nuestro incluido, registraron daños considerables con ventanas y puertas rotas”, agregó Vohra.
Un chófer afgano de la cadena de comunicación “BBC” figura entre los fallecidos y cuatro de sus periodistas resultaron heridos.
El ataque no fue reivindicado hasta ahora. Un portavoz de los talibanes indicó en Twitter que el grupo “no está implicado en el atentado de Kabul y lo condena con firmeza”.
Frente a la urgencia, el Gobierno pidió a la población que done sangre en los hospitales.