Alfredo Beltrán Leyva, uno de los integrantes de un clan familiar que la década pasada se separó del cartel de Sinaloa para establecerse en el centro de México, se declaró este martes culpable de introducir droga a Estados Unidos, delito por el que podría recibir una condena de entre 10 años de prisión y cadena perpetua.
Alfredo Beltrán, alias ‘El Mochomo’, admitió ante un juez del Distrito de Columbia que desde la década de 1990 hasta su arresto en enero de 2008 fue parte de la organización de los hermanos Beltrán Leyva, en ese entonces aliada al cartel de Sinaloa, misma que que introdujo varias toneladas de cocaína y metanfetaminas a Estados Unidos.
El Mochomo, originario de Badiraguato, Sinaloa, era el encargado de recibir desde Sudamérica los cargamentos de droga y luego transportarlos a Culiacán, la capital del estado, en donde recolectaba las ganancias ilícitas de su negocio, informó el Departamento de Justicia en un comunicado.
La evidencia del Departamento de Justicia presentada ante el juez indica que la organización que era liderada por Alfredo Beltrán realizó “actos de violencia, incluyendo asesinatos, secuestros, torturas y el cobro violento de deudas de droga, para sostener la operación de importación de droga”, además de que pagó a funcionarios mexicanos para asegurar el paso libre de los cargamentos a través de territorio mexicano.
Contra Alfredo Beltrán, de 45 años, pesaba una acusación por conspirar para distribuir drogas desde agosto de 2012. En noviembre de 2014 fue extraditado de México a Estados Unidos.
Una escisión del Cartel de Sinaloa
Los hermanos Beltrán Leyva -Alfredo, Arturo, Carlos y Héctor- se separaron del cartel de Sinaloa luego de que culparon a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán de la detención de El Mochomo.
En represalia, los Beltrán Leyva ordenaron el asesinato de Edgar Guzmán López, uno de los hijos de Guzmán Loera. Luego de su arresto, fue asesinado también Edgar Millán, coordinador nacional del combate al crimen organizado.
En los años siguientes, uno a uno los hermanos Beltrán Leyva fueron abatidos o capturados por fuerzas de seguridad mexicanas.
Carlos Beltrán fue detenido en 2009 en Culiacán cuando conducía portando una licencia falsa, mientras que Alfredo, quien asumió el liderazgo luego de la captura de su hermano, murió a tiros en diciembre de ese año durante un enfrentamiento con elementos de la Marina en un complejo de apartamentos de lujo en la ciudad de Cuernavaca, al sur de la Ciudad de México.
En tanto, Héctor Beltrán fue capturado en octubre de 2014 en el estado de Guanajuato. Desde el centro de país se dedicó a continuar con la operación criminal del grupo delictivo, pero adoptó un perfil discreto, al hacerse pasar por un hombre dedicado a los bienes raíces, para no llamar la atención de las autoridades.