Nueva York.- El hondureño Alfredo Hawit, expresidente de la Concacaf y vicepresidente de la FIFA, acusado de varios cargos de corrupción en una corte de Brooklyn, Nueva York, salió hoy en libertad condicional tras formalizarse la recepción de de un depósito de fianza de 50.000 dólares.
Su abogado informó a Efe la salida del centro penitenciario en Brooklyn donde se encontraba, aunque no concretó si ya está rumbo a Miami (Florida), donde vive parte de su familia y querría cumplir su arresto domiciliario controlado por una pulsera telemática.
Hawit, que consiguió el acuerdo de libertad condicional del juez Robert M. Levy el pasado 21 de enero con una fianza total de 290.000 dólares, compareció en esa última audiencia con una imagen deteriorada, con el pelo canoso y más delgado.
Aunque la fiscalía reclamaba alrededor de 500.000 dólares de fianza, el juez Robert M. Levy consideró 290.000 como un montante “sustancial” como garantía para evitar el riesgo de fuga, preocupación esgrimida por la fiscalía desde el inicio del proceso.
Otra condición para su liberación provisional fue la entrega de su pasaporte.
Hawit deberá permanecer en casa de su hija con un brazalete electrónico para vigilar sus movimientos y sólo podrá salir de casa en circunstancias previamente aprobadas, como comparecencias ante la corte o visitas médicas.
El que fuera máximo responsable de la Concacaf está acusado de haber aceptado sobornos de empresas de comercialización deportivas por un importe de varios millones de dólares en la venta de los derechos de comercialización para la difusión de torneos de fútbol en Latinoamérica.
El expresidente de la Concacaf (Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol) aceptó ser extraditado desde Suiza el pasado 6 de enero, donde fue detenido el 3 de diciembre.
Tras su detención, la FIFA le suspendió temporalmente de su puesto de vicepresidente.
El organismo que rige el fútbol mundial está bajo escrutinio desde el pasado mayo por una investigación de la Justicia estadounidense, en la que colabora la suiza, y otra separada de los tribunales helvéticos, que ha acabado con varios dirigentes futbolísticos encarcelados.