San Pedro Sula.- No todos los que transitan la vida tienen el privilegio de encontrar a su verdadero amor…algunos dedican cada latido a la búsqueda infructuosa de su alma gemela, otros prefieren buscar la manera de crearla, y pocos, como Andrea y Kenny, son elegidos para lograr comulgar ese sentimiento que nadie ha logrado explicar a ciencia cierta…ese que hace arder el océano del alma…que es luz entre las tinieblas de la soledad, ese sentimiento que eleva a grado inmortal el más grande de los encuentros en la vida misma…
Así, esta pareja de enamorados cocinó su amor a fuego lento. Se conocieron desde sus años de estudiantes, cuando ambos cursaban la secundaria; fueron novios de salidas familiares hasta que cumplieron 21 años de edad y comenzaron entonces sus citas a solas hasta comprometerse en el 2017.
Después de siete años de romántico noviazgo, Andrea y Kenny decidieron dar el gran paso y celebrar la felicidad de su bonita relación junto a sus seres queridos en un enlace matrimonial que reflejara lo más profundo de sus personalidades.
El lugar escogido para celebrar la gran noche con sus selectos invitados fue el salón La Cumbre del Hotel Los Andes, donde cada uno de los rincones fue decorado con mucho amor por la madre de la novia, Ada Cortés, que junto a su hija, apostaron por un estilo inspirado en la elegancia y el romanticismo de la pareja, logrando así transmitir su gusto por la naturaleza y los detalles únicos a través de su organización y planeación.
La gran sorpresa durante el enlace fue orquestada por Joel -el hermano de la novia-, quien ejecutó la guitarra en el momento justo de la entrada de los novios a la recepción postboda ¡un instante inolvidable! Fue una noche llena de color que armonizó tonalidades rosa con pinceladas en rojo burgundy, entre cristales y cálidas velas, mezclando rosas, claveles y flor de cerezo ¡cuánto glamour!
En su mágica noche, Andrea apostó por un modelo procedente de la casa española Pronovias. Un elegante vestido de escote corazón y corte evasé que la hizo brillar con luz propia. Complementó su imagen de novia con su velo catedral y una preciosa tiara de fina pedrería que lució en su negra cabellera peinada por Yolanda´s Salón, que además esculpió sus finas facciones con un maquillaje muy natural y profesional. Por su parte, Kenny se decantó por un clásico traje en gris, corbata a juego y camisa blanca de etiqueta.
Juntos, Kenny y Andrea, aprenden a cincelar la leyenda cierta del amor perpetuo. Ese que trasciende, que no lastima, que sabe arrodillarse y que puede darlo todo sin mirar los oropeles…ese amor que es genuino en sombras de tormenta…Andrea Beatriz Banegas y Kenny Lardizabal, son los elegidos que besaran el amor para siempre…
Por: Dayana Ortiz