viernes, noviembre 22, 2024

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Aquí esconden los millonarios del mundo sus fortunas en bitcoines

Los lugares que almacenan enormes sumas de dinero están entre los blancos predilectos de los malhechores y, por lo tanto, requieren medidas excepcionales de seguridad.

Sin embargo, ¿qué sucede cuando se trata de criptodivisas como el bitcóin, cuya capitalización actual se acerca a los 100.000 millones de dólares?.

Joon Ian Wong, un corresponsal del sitio de noticias Quartz, se adentró en esta bóveda que protege los servidores con acceso a los bitcoines con medidas de seguridad realmente estrictas.

Un búnker secreto

Las instalaciones ocupan un antiguo búnker secreto del Ejército de Suiza, construido en 1947 en el interior de una montaña de granito y utilizado como centro de operaciones durante la guerra fría. La estructura, que se adentra unos 320 metros, se encuentra en alguna parte de la comuna de Attinghausen, en el cantón de Uri.

La entrada se encuentra entre unos árboles, sobresale al pie de la montaña y revela paredes de concreto con, al menos, 30 centímetros de grosor. Una vez dentro, el visitante debe firmar un permiso de ingreso, durante el cual registran sus huellas dactilares y le toman fotografías.

A prueba de balas

Luego, permanece aislado en una estrecha cabina de vidrio a prueba de balas, mientras un operador abre la puerta opuesta. Se trata de un portal de seguridad de doble puerta conocido como ‘mantrap’, donde las personas quedan literalmente atrapadas.

A continuación, hay que atravesar una puerta giratoria de acero y caminar por un pasadizo de unos 100 metros de largo, ubicado en el corazón del recinto. Al final, esperan dos puertas macizas de acero que pueden resistir una explosión nuclear, según explicó el empleado de las instalaciones, que utilizó todo su cuerpo para empujarlas.

Al otro lado se encuentra el sector más protegido. Tras atravesar el portal ‘mantrap’, una puerta blanca precede a otra, donde advierten que ningún visitante tiene permiso para avanzar más ni se permiten tomar fotografías.

Dos recámaras

El jefe de seguridad de Xapo, Carlos Renzi, explicó que custodia dos recámaras. En la primera, trabaja el operador de las transacciones con bitcóins; mientras que la segunda —donde no tiene acceso ningún empleado— es el ‘santuario’ del búnker, ya que alberga los servidores con todas las claves.

Esa última sala es una especie de jaula de Faraday: un lugar rodeado por placas de hierro, de modo que cualquier radiointerferencia es virtualmente imposible. De esta manera, se protege ante cualquier eventual ataque electromagnético que pudiera borrar las claves que almacenan esos dispositivos.

Tres instalaciones secretas

Los ordenadores de esa recámara jamás se conectan a Internet. Cuando un cliente desea realizar una transacción, el operador de Xapo accede al servidor mediante un cableado especial que envía paquetes de datos encriptados.

Además, para autorizar el movimiento de bitcoines, es necesario que la operación se valide de la misma manera en otras dos instalaciones secretas ubicadas en continentes diferentes. Así, solo se puede utilizar el dinero al superar con éxito esas pruebas de seguridad.

Tanto las medidas de protección física como los otros protocolos de seguridad están diseñados para resistir las 24 horas del día desde las ofensivas de los más poderosos piratas cibernéticos hasta un ataque terrorista. “Más que una carrera, es como una partida de ajedrez: debes anticiparte al movimiento de tu oponente”.

Con información de RT

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