El periodista Pedro Tamayo ha sido asesinado en su domicilio en el estado oriental de Veracruz, uno de los más peligrosos de México para ejercer esta profesión, según fuentes oficiales.
Tamayo, que cubría información de sucesos y temas policiales para distintos portales de noticias de Veracruz, fue tiroteado en su residencia en el municipio de Tierra Blanca (a 380 km de Ciudad de México) por dos sujetos que llegaron al lugar en un vehículo.
El comunicador recibió al menos once tiros de armas cortas cuando estaba con su mujer y sus dos hijos en un negocio de su propiedad. Los atacantes lograron abandonar el lugar sin que pudieran ser interceptados.
Según un comunicado de la Fiscalía de Veracruz, el periodista, de 43 años, murió en el hospital mientras recibía atención médica.
Se desconoce si el asesinato está relacionado con las actividades que realizaba como periodista pero la Fiscalía ha informado en un comunicado que no se descarta “ninguna línea de investigación, incluido el trabajo periodístico”.
Pedro Tamayo huyó este año del municipio de Tierra Blanca tras verse involucrado con Francisco Navarrete Serna, un empresario acusado por las autoridades de ser el jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación y responsable de la desaparición y posterior asesinato en enero de cinco jóvenes en Tierra Caliente.
La desaparición de los cinco jóvenes llevó a la captura de Navarrete Serna, así como del delegado de la Policía Estatal y siete agentes más, quienes se encuentran en prisión por el delito de desaparición forzada.
Navarrete Serna quería entrar en el negocio de los medios de comunicación con la apertura de un periódico con el fin de ampliar su influencia en la zona y para ello había establecido contacto con Tamayo.
El periodista fue localizado por las fuerzas de seguridad en el vecino estado deOaxaca y la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas lo trasladó a Tijuana y le brindó protección pero decidió volver a su hogar por su cuenta y riesgo.
Una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado hacía rondas diarias por la casa de Tamayo pero en esta ocasión ya se habían ido cuando fue disparado en hasta once ocasiones, informó un miembro de su familia que prefiere hablar desde el anonimato por temor a represalias.