La lluvia ya lleva horas como también la vigilia. Desde que llegó en la noche del lunes al Aeroparque Jorge Newbery, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) estuvo acompañada por un grupo de militantes kirchneristas que no la dejan ni a sol ni a sombra.
Había dos grupos a su espera. El primero, en la esquina de su departamento de Juncal y Uruguay; el segundo grupo, el más numeroso, en los tribunales de Retiro.
Arropada por miles de banderas y en medio de cánticos de apoyo, Fernández de Kirchner, ya sin cargos ni fueros, ingresó sonriente al juzgado para ser indagada por supuesta defraudación por operaciones cambiarias en los últimos meses de su gestión.
La causa, encabezada por el juez Claudio Bonadio, se inició por la denuncia de parlamentarios del frente Cambiemos, liderado por el actual presidente argentino, Mauricio Macri, e investiga millonarias pérdidas ocurridas en la institución bancaria presuntamente por operaciones realizadas en el último tramo del mandato de Fernández.
Según los denunciantes, a través de la celebración de contratos de futuros de dólar, el Banco Central habría vendido dólares a un precio que rondaba los 10,65 pesos por unidad, por debajo del precio establecido en la Bolsa de Nueva York para este tipo de contratos (por entonces, alrededor de 14 pesos por unidad).
El pasado 26 de febrero, el magistrado ordenó la citación a la expresidenta a declaración indagatoria, así como, entre otros, al exministro de Economía Axel Kicillof y al extitular del Banco Central, Alejandro Vanoli.
Kirchner presentó un escrito ante el juez Claudio Bonadio, a quien según trascendió a la prensa buscará recusarlo para apartarlo de la causa por considerarlo parcializado, luego de que durante su gobierno intentó destituirlo.
“Las operaciones investigadas fueron llevadas a cabo legítimamente por las autoridades del Banco Central (…) la resolución dictada resulta contraria a la ley y fundada en hechos absolutamente falsos”, señaló en texto. “No les tengo miedo. Afrontaré este proceso y cualquier otro que quieran fabricarme”, agregó.
Kirchner, abogada de profesión, asegura que la intención del gobierno del presidente Mauricio Macri es “plantar una causa” para que termine presa, con la colaboración del poder judicial, denunció. La ex presidenta afronta también el pedido de investigación de un fiscal por supuesto lavado de dinero.