Al menos 16 personas murieron, entre ellas ocho civiles, y otras once resultaron heridas en un ataque suicida hoy de los talibanes contra un grupo de policías en la provincia de Parwan, en el este de Afganistán, informó una fuente oficial.
El atentado se produjo sobre las 15.00 hora local (10.30 GMT), cuando un talibán suicida detonó las bombas que portaba en su motocicleta en el distrito de Seyagard, dijo Wahidullah Sediqi, portavoz del gobernador provincial. Las primeras investigaciones apuntan a que los policías se desplazaban a pie por una aldea cuando ocurrió la explosión, que causó siete muertos entre las fuerzas del orden y en la que también pereció el atacante y varios civiles.
Todos los heridos en el ataque fueron trasladados al hospital provincial de Parwan, mientras que dos víctimas con heridas de más gravedad fueron enviadas a Kabul para recibir tratamiento más extenso”, agregó Sediqi.
Los talibanes reclamaron la autoría del atentado y aseguraron que estuvo dirigido contra un “cruel” comandante de la Policía local llamado Mushtaq, que de acuerdo con los insurgentes pereció en la acción junto a varios de sus guardaespaldas. Según indicó en un comunicado el portavoz de la formación insurgente, Zabihullah Mujahid, el autor utilizó un chaleco bomba para llevar a cabo la acción.
La guerra en Afganistán, que comenzó en 2001 con la invasión estadunidense y el derrocamiento del régimen talibán, atraviesa una de sus etapas más violentas, con 3 mil 545 muertos y 7 mil 457 heridos en 2015, la cifra más alta desde que comenzaron a medirse las víctimas del conflicto hace siete años.
Los insurgentes se hicieron con el control de varias áreas de Afganistán en los últimos meses, logrando incluso el pasado septiembre tomar temporalmente la ciudad nororiental de Kunduz, su mayor logro militar desde la invasión estadounidense hace 14 años.
El ataque de hoy se produce en la víspera de una reunión clave del denominado Grupo a Cuatro (G4: Estados Unidos, China, Pakistán y Afganistán) en la que esperan fijar una fecha para un encuentro directo entre el Gobierno de Kabul y los talibanes que reactive el diálogo de paz paralizado desde hace casi siete meses.