Al menos 213 personas murieron en el atentado suicida perpetrado el domingo en Bagdad por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), según un nuevo balance comunicado por responsables iraquíes.
El atentado causó también más de 200 heridos, según responsables de seguridad.
Un kamikaze del EI hizo estallar el coche bomba que conducía en una calle del barrio comercial de Karrada.
Se trata del atentado más mortífero en Bagdad desde hace un año y uno de los más graves cometidos en Irak.
La inmensa explosión provocó incendios en varios edificios y comercios del barrio, cuyas calles estaban llenas de escombros y coches calcinados.
La identificación de las víctimas podría llevar mucho tiempo debido a que los cuerpos fueron despedazados por la explosión.
El atentado dejó en evidencia la incapacidad del gobierno iraquí de aplicar medidas de seguridad eficaces en Bagdad.
El primer ministro iraquí Haider Al Abadi, que decretó un duelo nacional de tres días,prometió “castigar” a los responsables del atentado.
A pesar de las derrotas sufridas en Irak y en Siria, el EI mantiene la capacidad para cometer atentados espectaculares en el centro de la capital iraquí.